Y en este momento no creía necesario hablar con Luo Binghe.

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Al otro día de tener esa charla con Ming Fan, Shen notó algo extraño. Fue durante sus clases, cuando las estaba dando, que notó la rara indiferencia de su discípulo principal hacia Luo Binghe. No era algo normal, en realidad era algo prácticamente imposible de ver. Pero ahí estaban ambos, Luo Binghe corriendo detrás de Ming Fan y llamándolo constantemente.

—Shixiong, Ming shixiong—decía Luo Binghe, corriendo detrás de Ming Fan que fingía que el niño no existía.

Era una vista excepcional, tan increíble que nadie en el pico podía creerla. No había quien no mirara la escena extrañado, salvo Ning Yingying quien parecía estar entre reír o llorar por la situación.

Ahora distraído con Ming Fan, Shen estaba seguro de que la pequeña bestia lo dejaría en paz. Pero en cuanto lo vio, corrió hacia él y presentó sus respetos.

—Shizun, este discípulo quiere...

—Ve a practicar con la espada, es lo que debes hacer—dijo Shen dando media vuelta para alejarse.

—Sh-shizun...—escuchó la voz de Luo Binghe temblorosa, como si estuviera llegando al límite de sus emociones.

Shen Jiu no se giró, solo siguió hacia su casita de bambú donde todavía tenía cosas por hacer. Yue le había enviado unas misiones de las que su pico podía hacerse cargo y Shen tenía que pensar en los discípulos apropiados para esas misiones.

Los días que siguieron fueron raros. El pico QingJing estaba en una extraña tensión que hacía tiempo no experimentaba. Todos lo habían notado, pero nadie sabía qué hacer al respecto. Y es que... ¿qué podían hacer?

Shen había escuchado a Ling Yi y Mu Sheng hablando respecto a Ming Fan. Al parecer habían intentado convencerlo de hablar con Luo Binghe o de olvidar lo que el niño dijo porque solo lo dijo en un momento de enojo. No era algo real. Pero para que Ming Fan se negara, entonces debía estar realmente herido.

Luo Binghe se había transformado en un patito perdido que perseguía a su shixiong por todo el pico. Los primeros dos días iba de un lado a otro llamándolo una y otra vez, un sinfín de shixiong, shixiong, shixiong se escuchaba por QingJing. Un pequeño Luo corriendo detrás de Ming Fan, buscando llamar su atención sin éxito alguno. A partir del tercer día dejó de hacer eso, pero en su lugar se agarraba a la túnica de Ming Fan y lo seguía de cerca. Se veía tonto y lamentable.

Las únicas veces que no lo seguía era cuando Ming Fan iba con Ning Yingying a las reuniones de los miércoles y viernes. Ahí Luo Binghe se separaba y esperaba cerca a que su shixiong saliera para volver a perseguirlo.

Shen Jiu nunca entendería cómo Luo se las arreglaba no solo para perseguir a Ming Fan, sino también a él, a quien había empezado a hacerle lo mismo. Cada vez que estaba afuera, le sujetaba la manga de la túnica y lo seguía, esperando que en algún momento su maestro se girara a hablarle. Nunca lo hacía.

—Shizun—dijo Ning Yingying interceptándolo en su paseo por el bosque de bambú—, esta discípula quisiera saber si podría hablar con shizun un momento.

—¿Ha ocurrido algo?—preguntó mirándola.

—Bueno...esta discípula quiere hablar respecto a Luo Binghe.

—¿Qué es lo que quieres hablar sobre él?

La verdad sea dicha, Shen no quería hablar sobre el niño. Pero si Ning Yingying quería decir algo, la iba a escuchar.

Sistema de Redención del Villano Escoria (BINGJIU)Where stories live. Discover now