Se le hizo difícil aceptar tener que alejarse de todos, extrañaría mucho a sus amigos, y aunque no lo quería aceptar, también extrañaría a Iván; su relación de casi cinco años sería algo muy difícil de borrar, pero estando en un lugar nuevo, tal vez sería un poco más fácil, estaría ocupado con sus estudios y trabajo como para ponerse a pensar en las cosas que lo hacían sentir triste.
El primer mes fue una total locura, logró hacer amigos muy rápido debido a su carisma y amabilidad. Muchos se le acercaron con diferentes intenciones, específicamente con intenciones sentimentales, pero simplemente los ignoró o los rechazó, no estaba en planes de algo más íntimo en ese sentido con nadie, aunque ya no se limitaba mucho en el sentido de disfrutar de su sexualidad con otras personas, siempre y cuando no involucrará sentimientos. Y por el momento, eso estaba bien.
No había día que no recibiera selfies o fotos de Alexis con los demás, solo para recordarle que lo extrañaban. Les había prometido ir a visitarlos cuando tuviera tiempo.
Las cosas con sus padres no habían cambiado, llegaba cada día a la empresa sin siquiera detenerse a saludarlos; estar trabajando en el mismo lugar, no significaba que debían llevarse bien, el solo llegaba a trabajar y se iba sin más, si sus padres querían que las cosas cambiaran, debían buscar la manera, porque por su parte, podía seguir normalmente sin dirigirles la palabra. En cuanto a su nuevo hermano menor, lo vio algunas veces cuando sus padres lo llevaban, lo saludaba de lejos y simplemente se encerraba en su oficina en la que trabajaba medio tiempo por el momento para acostumbrarse y seguir con sus estudios.
Agradecía que por lo menos, Diego podía visitarlo de vez en cuando debido a que estaba viviendo con su padre cerca de la zona, lo hacía sentir menos solo, además de que su relación de amistad logró pasar a un nivel más personal, pero sin involucrar sentimientos, estaban claros con eso, porque Diego sabía que nunca podría reemplazar sentimentalmente a spreen, y luego de hablarlo muchas veces, entendió ese punto, manteniéndose así en una relación meramente sexual. Está de más decir que esperaba llegar a ser algo más, pero simplemente no podía competir, y por el momento, ya lo había asimilado.
[....]
El tan añorado viernes por la noche por fin llegó, Juan se sentía tan cansado que solo quería acostarse y dormir, pero el rugido de hambre en su estómago era algo realmente difícil de ignorar. Se puso ropa cómoda para dormir y mientras revisaba la refrigeradora en busca de algo de comer, golpes en la puerta lo detuvieron.
Frunció el ceño ante la interrupción, no estaba esperando a nadie en especial.
pero al momento de atender, una sonrisa de alivio se formó en su boca. -No sabía de qué tenías ganas así que compré comida china en el camino- el pelinegro extendió las bolsas de comida mientras esbozaba una sonrisa.
-¡Diego! Eres mi eterno ángel de la salvación, justo estaba pensando en que tengo hambre y cero ganas de cocinar-rió.
-Pero eso no es lo mejor, tengo otra sorpresa, Juan lo miró confundido. Diego movió sus cejas con picardía y se hizo a un lado.
¡Juan! Alexis apareció desde el pasillo, cargando otras bolsas con bebidas.
El mencionado sonrió automáticamente al ver a sus amigos aparecer de repente en su departamento con algunas chucherías y más bebidas. Los saludó con mucha emoción, sintiendo como el cansancio desaparecía al instante debido a la alegría, podía aguantar más tiempo despierto por sus amigos, y viendo lo que llevaban, sabía que no dormiría temprano.
Cuando terminaron de entrar, miró con disimulo la entrada, como si estuviera esperando que alguien más entrara, pero nunca sucedió. Por un momento pensó que tal vez, spreen llegaría; quería verlo de nuevo, saber cómo estaba, pero no pasaría, las cosas entre ambos quedaron bien dentro de lo que cabe, pero no como para volverse a ver como si nada. Y los tres meses desde la última vez que se vieron pasaron tan rápido que le parecía tan patético de su parte esperar por su llegada sorpresiva, estaba cansado de añorarlo tanto a pesar de todo, pero al menos había dado el primer paso: alejarse definitivamente..
-Juan, hola-saludó carrera, sintiéndose un poco abrumado de nuevo. Luego de que las cosas entre ellos se pusieron tensas, dejaron de hablarse, pero Juan no quiso irse sin arreglar ese pequeño problema, así que hablaron sobre lo sucedido y todo quedó bien entre ellos. Por eso, cada vez que se veían, trataban de reforzar los lazos de amistad que tenían, pero era un proceso que iba poco a poco-¿Has estado bien?
-Muy bien— le sonrió-¿Y rob?
-No pudo venir, mañana tiene trabajo, pero te manda saludos.
Juan agradeció con una sonrisa, dirigiendo su mirada de nuevo hacia la puerta, sintiendo su corazón ansioso.
-Se mudó con su madre hace unos meses, desde entonces tampoco lo he visto mucho, solo a veces en la universidad, de lo contrario, pasa encerrado- explicó carre a las preguntas silenciosas de Juan-Ha estado muy bien, ya es su último año así que se ha concentrado mucho en eso.
-Es bueno saberlo... Es decir, que bueno que esté bien-quiso sonar despreocupado, pero se notaba lo aliviado que estaba al saber esa información—¿Vamos a comer?-cambió el tema rápidamente, recibiendo un asentimiento por parte del contrario.
Toda la noche comieron y bebieron hasta el cansancio entre diferentes charlas y anécdotas de todos esos días sin verse. Juan estaba muy feliz de estar con todos de nuevo, a pesar de que rob no estaba.
El rostro de spreen seguía apareciendo en su mente cada vez que sus amigos decían algo que lo hacía recordarlo, y es que era imposible no sentirse nostálgico, la mayoría de cosas lo recordaban a él, compartieron casi que toda su vida juntos y sabía muy bien que nunca lo olvidaría.
Mucho tiempo después, mientras todos dormían, se levantó y se dirigió al pequeño balcón de su departamento, todo su alrededor estaba un poco borroso, pero seguía consciente. El fresco aire de la madrugada caló hasta lo más profundo de su piel, dándole escalofríos, pero lejos de parecerle demasiado frío, le pareció relajante de cierta forma. Se apoyó en la baranda, viendo las pocas luces que seguían encendidas, sacó su celular y se dispuso a revisarlo, encontrándose con su galería aún llena de fotos con el peligris, ya habían pasado muchos meses desde la ruptura y todavía las tenía. Revisó cada una de ellas y se dispuso a pensar en que ya no debía tenerlas, que las cosas ya no volverían a ser como antes, que todo eso ya no importaba.
Respiró hondo y con mucha duda y tristeza, seleccionó la carpeta entera y la borró de una vez por todas como parte de su propia superación, no volvería a saber de él y ver esas fotos no volverían a dolerle nunca más.
A su lado, sintió la presencia de alguien más, dándose cuenta al instante de que se trataba de alexis. Estuvieron en total silencio por varios minutos, Juan viendo su celular cada cierto tiempo sin creer que por fin había borrado todo rastro de spreen, ya no tenía su número, ninguna red social y ahora sus fotos habían sido borradas también. Miró a alexis por unos segundos antes de romperse a llorar, el más alto no necesitó ninguna explicación, así que simplemente se acercó a abrazarlo, sobó su cabello, tratando de calmarlo. Sabía perfectamente lo que sucedía, conocía muy bien al castaño como para detenerse a preguntar.
Y en esa misma madrugada, en medio de su ebriedad, rodeado por los brazos de Alexis, prometió que sería la última vez que lloraría por Iván Buhajeruk, sería la última vez que se sentiría triste por eso, no tenía más oportunidad y aunque se moría por correr a sus brazos, el dolor en su pecho que sus recuerdos le generaban, se lo impedía.
Un día iba a superarlo, un día iba a poder verlo a la cara sin llenarse de tristeza ni resentimiento, podría saludarlo con normalidad sin sentir que su mundo entero se moviera.
spreen, por su parte, se odiaba cada día por la manera en la que echó todo a perder. No saber nada de Juan lo volvía loco, no sabía a donde se había mudado y por más que les lloró a sus amigos para que le dijeran, nadie quiso hablar, y con mucha razón, nadie quería traicionar de nuevo la confianza del castaño. Cada día que pasaba era peor, no podía mantener ni siquiera una conversación con alguien sin empezar a deprimirse y finalmente irse a encerrar en su habitación, ni siquiera pasaba tiempo con carrera. No culpaba a Juan de su tristeza en lo absoluto, las decisiones que tomó durante todo ese tiempo lo llevaron a ese estado, era totalmente comprensible y estaba consciente de eso. Sólo deseaba un día poder superarlo, perdonarse a sí mismo y obtener el perdón de Juan. Se permitió llorar mucho tiempo por él, pero no podía odiarse para siempre, esperaba un día poder encontrarse, poder verlo a los ojos y saber que todo estaba bien.
Y quién sabe, tal vez tiempo después, si la vida los reúne de nuevo, ambos con la madurez suficiente, podrían intentar otra vez.
[🥀]
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We can try again | Spruan au
Science Fictionen donde Iván hace un recorrido por los momentos más especiales y significativos de su vida para darse cuenta que de que su decisión de terminar con Juan, fue la peor.
