✓ professor | ( dibuenzo ) explícito

PROFESSOR

Holis! A esta altura ya saben que este no es mi rubro, de hecho me parece que me fui muy al carajo pero me debo a mi gente trastornada y aún más a mi familia que es de donde salió esto. Si es una temática que no disfrutan no se gasten leyendo y comentando cosas feas, no me hace bien y ustedes pierden tiempo en una idiotez.

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Estaba tan cansado del ida y vuelta a la facultad. Todos los días se preguntaba en qué mierda estaba pensando cuando decidió estudiar una carrera universitaria solo porque su amigo estudiaría lo mismo. Estaba totalmente seguro de que sólo sobrevivía en aquel lugar después de casi un año por su compañero de viaje y, para no mentir, por su profesor de Inglés.

Emiliano Martínez estaba pisando los cuarenta, era un monumento de todo lo que Enzo buscaba en un hombre. Era el hombre; estricto y simpático, tenía una excelente relación con sus alumnos y por supuesto más con él. Pero tenía mano firme a la hora de establecer reglas y demás. Alto, más de un metro noventa, de espalda ancha y brazos fuertes que se marcaban con las camisas.

No pudo evitar pasar la mano por su boca para limpiar algún rastro de baba que pudiera estar escapando por dejar que su mente volara un poco pero es que no era algo que pudiera evitar. Se sentía completamente obnubilado ante la presencia de su profesor quien se encontraba hablando mientras en sus enormes manos sujetaba un libro demasiado grueso, se había arremangado las mangas de la camisa y al notarlo tuvo que tragar saliva fuerte. No era la primera vez ya que varias veces sus pensamientos habían cruzado la línea, era inevitable.

Sabía que no era el único que pensaba así, varías de su compañeras también creían que Emiliano era el hombre más atractivo que pisó la tierra. Había escuchado algún que otro rumor sobre él teniendo relaciones con alguna alumna e incluso gente del claustro docente, esperaba que sean todos mentira porque de otra manera no podría contener la envidia dentro de él.

Más de una vez su cabeza se había inundado de imágenes en las que su querido profesor lo sostenía con esas enormes manos sobre el escritorio y lo penetraba de manera fuerte y constante, otras veces lo imaginaba arrodillado frente a él pasando la lengua por sus labios mientras que con uno de sus pulgares frotaba su clítoris de tal manera que en menos de dos minutos lograba hacerlo correr. Tuvo que juntar las piernas y hacer presión porque se sentía tan mojado.

──Enzo…──Julián murmuró al mismo tiempo que le daba un codazo en las costillas. Solo pudo girarse a mirarlo pero su amigo tenía la vista al frente mientras sus labios estaban sellados en un línea recta.

──Fernández. ──Esa voz firme resonó en el aula magna como un trueno en la previa de la tormenta. Enzo solo volvió la vista al frente, Emiliano lo observaba con rostro serio y calmo, con el libro abierto sostenido solo por una de sus manos mientras la otra se encontraba en su cadera. ── ¿Va a continuar la lectura?

Todos los ojos de estaban sobre él, sus manos en el banco sobre una hoja en blanco que al parecer había sido tan perfecta con sus renglones limpios que no se atrevió a manchar con información convertida en tinta. ──Yo… no sé por dónde va la lectura profesor. ──su voz se deslizó de sus labios con suavidad y vergüenza. Lo único que había registrado ese día era el cómo los brazos de su profesor quedarían rodeando su cintura, en cómo su boca podría dejar un camino de besos para luego darle el mejor oral de su vida.

──Me estás decepcionando, hace varias clases que tu rendimiento es muy bajo. ──suspiró luego de golpearlo bruscamente delante de todos con aquellas palabras. ──Cuando termine la clase necesito que te quedes para hablar conmigo. ──Enzo solo se limitó a asentir. ──Álvarez, continúa la lectura por favor.