4. Una oferta inesperada

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Luz caminaba por los pasillos de la facultad con un nudo de emoción en el estómago. Después de la inusual cena familiar de la noche anterior y de la posterior charla con su madre en la cocina, le latía el corazón a mil por hora. La conversación en la cena había terminado siendo agradable, pero Luz no podía evitar sentirse nerviosa por ver a Ainhoa en el entorno universitario al día siguiente.

Al entrar en el aula, Luz buscó su asiento habitual, al lado de Martínez, pero antes de llegar, escuchó una voz conocida. Giró la cabeza y allí estaba Ainhoa, de pie junto a la Dra. Deluca.

Ainhoa sonrió y la saludó con un tono amable.

- ¡Buenos días, Luz!

Luz sintió que su corazón daba un vuelco y le devolvió la sonrisa.

- ¡Buenos días!

Ainhoa continuó hablando mientras Luz se acercaba.

- Espero que hayas tenido una buena noche después de la cena. Fue agradable conocer a tus padres y a tu hermano -.

Luz asintió, todavía un poco nerviosa pero decidida a mantener una conversación con Ainhoa.

- Sí, fue genial. Mi tía Marta estaba emocionada, feliz, hacía tiempo que no la veía así. - Luz hizo un gesto elevando los hombros.

Ainhoa se inclinó ligeramente hacia adelante y susurro de manera cómplice.

- Me alegra que al final decidieras venir, tu tia me dijo que no te gustó demasiado la idea cuando te lo propuso.

El rostro de Luz se tiñó de un leve rubor y esta solo pudo esbozar una media sonrisa.

Una vez empezó la clase, mientras Ainhoa comenzaba a hablar sobre irrigación e inervación de miembro inferior, Luz se encontró mirando fijamente a su profesora. Los detalles de la anatomía eran interesantes, pero lo que realmente la fascinaba era la forma en que Ainhoa se movía por el aula, sus gestos expresivos y la forma en que sus ojos brillaban cuando hablaba de su tema favorito.

Luz se dio cuenta de que estaba sonriendo tontamente mientras miraba a Ainhoa. Trató de concentrarse en sus apuntes, pero su atención seguía volviendo a la profesora. ¿Cómo podía ser tan apasionante hablar del paquete vasculonervioso del muslo?

A medida que la clase avanzaba, Luz continuó observando a la pelirroja, capturando cada palabra y gesto con admiración. Sabía que debía prestar atención al temario, pero no podía evitarlo. Estaba completamente encantada por Ainhoa y la forma en que enseñaba.

- Quién sabría decirme a que nivel la arteria femoral pasa a llamarse así? - preguntó Ainhoa a toda la clase

- La arteria ilíaca externa pasa por debajo del ligamento inguinal para convertirse en la arteria femoral. - contestó Luz, quien la noche anterior había estado leyendo para la clase de ese día y recordaba perfectamente el recorrido de la que era la arteria más importante de todo miembro inferior.

- Así es, la arteria femoral, entonces, nace a nivel del ligamento inguinal, ingresa al triángulo femoral y desciende por el aspecto anteromedial del muslo, para luego atravesar el conducto aductor o conducto de Hunter. - tomó aire.- Muy bien señorita La Sierra veo que ha estado usted estudiando.

Luz sintió cómo sus mejillas se calentaban, y su corazón comenzó a latir con fuerza. No estaba acostumbrada a recibir halagos públicos, y mucho menos de Ainhoa. Trató de mantener la compostura y respondió con un tímido "Gracias", mientras esbozaba una sonrisa nerviosa.

Una vez terminada la clase, mientras Luz empacaba su mochila, Ainhoa, se acercó a donde estaba sentada la chica, quien la miró con sorpresa mientras guardaba sus cosas.

- Luz, ¿tienes un momento? - preguntó Ainhoa con una sonrisa amigable.

Luz se sintió sorprendida y un poco nerviosa.

- Claro, Ainhoa. ¿Ha pasado algo?.-  respondió, tratando de parecer tranquila mientras ajustaba su mochila.

- No sé si sabías que tu tía Marta ha salido del pueblo unos días y por ello he pensado que tal vez podríamos tener una sesión de estudio en mi casa esta tarde. Podemos repasar los temas que te preocupan antes del parcial, si te parece.- sugirió Ainhoa con una expresión amable.

Luz se sintió abrumada por la oferta. La idea de estudiar en la casa de Ainhoa era tentadora y aterradora al mismo tiempo. Sin embargo, sabía que el examen de anatomía no se iba a aprobar solo.

Después de una breve pausa, Luz asintió con una sonrisa agradecida.

Quedaron en verse a las 16:30 en el piso de Marta, así que Luz salió a toda prisa hacia casa, quería comer algo, bañarse y cambiarse de ropa antes de encontrarse con la pelirroja y no sabía si iba a darle tiempo a todo. A medida que Luz continuaba su camino hacia su casa, no pudo evitar sentir mariposas en el estómago ante la perspectiva de pasar tiempo a solas con Ainhoa. El cuatrimestre se volvía cada vez más intrigante y, tal vez, un poco más complicado de lo que jamás había imaginado.

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