-Bueno, pues yo venía a... disculparme -digo lentamente.

Hace frío, ¿por qué va sin camiseta ni pantalones? Tiene los dedos entrelazados tras la nuca y se le marcan los músculos de los bíceps, dejándome completamente a la vista sus cada vez más marcados abdominales. Está tan guapo.

-Yo también -dice.

-¿Qué?

Traga saliva con dificultad.

-Que... yo también quería... disculparme -dice incómodo; las disculpas no son los suyo-. No te he tratado bien durante estos años, he sido un novio pésimo y no te merezco, Cassie -dice robóticamente como si lo hubiera memorizado.

Frunzo el ceño.

-Darrell, eso no es cierto -digo-. Hemos discutido y te has pasado de sobreprotector, pero no me has tratado mal ni has sido un novio pésimo.

≪Sí, la ha cagado de muchas formas, pero él no tiene la culpa. Debe haber algo en su cabeza que le hace ser así.≫

-Te he gritado muchísimo. ¡Incluso te apunté con una pistola!

-Estabas borracho y drogado. ¿Cómo puedes acordarte?

-Me lo dijo James.

Baja los brazos y se coge las manos detrás de la espalda. No parece estar mal físicamente. Nos quedamos en un incómodo silencio durante unos minutos. ≪Habrá que preguntarle cómo está...≫

-Bueno -suspiro-, ¿cómo vas?

Se encoje de hombros.

-Bien. ¿Y tú?

≪Podría estar mejor.≫

-Bien también.

Cuando me seco el sudor de las manos en los pantalones hago una mueca y suelto un quejido.

-¿Estás bien? -me pregunta empezando a moverla pierna, como si tuviera alguna especie de tic nervioso.

-Sí, sólo tengo una astilla en el dedo -digo.

-A ver.

Coge mi mano entre las suyas e intenta sacarme la astilla, pero es demasiado pequeña como para que sus grandes y largos dedos sean capaces de sacarla. Se lleva mi mano a los labios y me succiona el dedo extrayendo el trozo minúsculo de madera. Sus dientes atrapan la astilla y me besa el dedo antes de soltarme la mano. Cierro la boca cuando me doy cuenta de que la he mirado estupefacta durante todo el rato.

-¿Pasa algo, Cass? -pregunta tranquilamente.

Niego con la cabeza y me froto las muñecas dirigiendo mi mirada hacia las suyas. Él esconde las manos tras su espalda, y frunzo el ceño. Alargo el brazo hasta que las yemas de mis dedos rozan la piel de su brazo desnudo. Él se aleja un poco de mí, intentando aparentar normalidad. ≪Esto es muy extraño, ve al grano. ¡Ya!≫

-Me he enterado que has estado... en el hospital -digo sentándome recta.

Él tensa la mandíbula y asiente.

-Lo suponía.

-¿Qué ha pasado? -pregunto.

-¿No te lo contó James? -Arquea las cejas.

-Me llamó varias veces, pero no se lo cogí.

Asiente y respira hondo antes de mostrarme sus muñecas.

Abro los ojos como platos al ver las vendas y cuando le miro fijamente rompe de inmediato el contacto visual, como si estuviera avergonzado de que me enterase de esto. ¿Por qué ha hecho esto? ¡¿Se ha intentado quitar la vida y he estado a punto de perderlo sin enterarme de nada?! No me molesto en secar las lágrimas que cubren mis mejillas mientras lo miro con rabia e ira.

-¡Pero ¿cómo se te ocurre hacer algo así?! -exclamo abalanzándome sobre él-. ¡¡No vuelvas a intentar quitarte la vida nunca más, ¿me oyes?!! ¡NUNCA!

-Cassie, yo...

Él se levanta y bloquea todos mis golpes.

-¡¡No, Darrell!! ¡No hay excusas! ¡He estado a punto de perderte mientras ignoraba las llamadas urgentes de James, en las que me quería avisar de esto! ¡¿Pretendías abandonarme?! ¡¿En serio?!

-¡Me dejaste y me dijiste todo aquello, la vida ya no tenía sentido! ¡Siempre has sido y serás el centro de mi mundo, Cassie!

Me quedo mirándole fijamente, llena de ira. Lo agarro por los hombros y lo inclino hacia mí para besarlo con ansias mientras, de un salto, le rodeo las caderas con las piernas. Mi lengua se pelea con las suya y nuestros labios se acaricias con fuerza. Ésta es la mejor manera de atacarnos. Mi espalda choca con la pared y suelto un gemido cuando noto la erección de Darrell clavada en mi vientre.

-Cassie, no deberíamos... -intenta decir, pero lo callo con mis labios.

Me quito la camiseta rápidamente y arqueo la espalda cuando sus manos atrapan mis pechos y se le escapa un gemido ronco desde el fondo de su garganta. Me separa de la pared y me deja caer en la cama mientras yo me deshago de los pantalones y el sujetador a toda prisa. Me agarra con fuerza de las caderas y atrapa con los dientes mis senos. Esto está mal, muy mal, pero sienta tan bien... Se sube a la cama y se coloca entre mis piernas, subiendo sus besos por mi clavícula hasta que la tirante tela de su bóxer choca con la húmeda tela de mis braguitas. Le rodeo las caderas con las piernas y nos hago rodar para acabar sobre él. Acaricio sus abdominales y su pecho mientras me deleito con la imagen de su fuerte sudoroso cuerpo bajo el mío. Desciendo una de mis manos hasta colarla dentro de sus calzoncillos.

-Joder -gruñe-. Nena, no estoy para juegos... ¿Estás segura de esto?

Sonrío mientras muevo mi mano de arriba abajo, acariciándolo lentamente y cerrando un poco más mi mano a su alrededor. ≪A la mierda, ya haré lo correcto otro día. Hoy lo necesito. Ahora lo necesito.≫

Él gime con los ojos cerrados mientras sus manos recorren mis muslos, dirigiéndose al punto en el que estos se unen. Decide romper mis braguitas por las costuras y me hace levantar el trasero para quitármelas. Volvemos a rodar, esta vez por su culpa, y me obliga a soltarlo antes de agarrarme las muñecas con una mano. Me introduce dos dedos, y me muerdo el labio hasta el punto de que puedo saborear el óxido en mi boca. Su lengua limpia mis labios y se quita los calzoncillos con un ágil movimiento. Abre el primer cajón de la mesita de noche y saca un paquetito plateado.

-Abre más las piernas, nena, quiero estar dentro de ti todo lo posible -murmura sobre mis labios.

Hago caso omiso a su petición y le clavo las uñas en los brazos cuando se desliza fácilmente en mi interior. Mueve sus caderas contra las mías, haciendo que cada vez que éstas choquen oigamos el sonido sordo de nuestras pieles desnudas. Levanto la cabeza y uno nuestros labios, ahogando mis gemidos en su boca. Cuela una mano bajo mi cuerpo, acercándome más a él, entrando mucho más, dejándome sentirlo como nunca antes lo había hecho.

-Darrell -gimo-. Ay, Dios...

Sus dientes atrapan mi labios y suelta un gruñido cuando vuelve a hundirse en mí.

-Joder, esto es buenísimo, Cass -jadea con una voz tan ronca que vibra en mi pecho-. Eres increíble. Hostia puta...

Lo callo con más besos mientras aceleramos nuestros movimientos, desesperados por alcanzar el clímax.




Holaa!!!! ¿¿Los echabais de menos?? ¿Capítulo interesante? ¿Qué ocurrirá tras esta noche loca? ¿Volverán a la normalidad o no? Después de esto... ¿queréis que eso ocurra?

Votad y comentad ;)))

Besos, abrazos y ciao

Alicia Lowell

DARRELL © [D #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora