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Tak Tak Tak.

Las gotas de lluvia golpeaban con fuerza el cristal del local. El clima no había mejorado para nada; al contrario de lo esperado, se había vuelto incluso peor que antes. Los truenos resonaban violentamente, las nubes negras cubrían el cielo en su totalidad y el viento parecía llevarse volando a todo lo que estuviera en el exterior.

Sí, definitivamente fue bueno resguardarse en ese lugar. Sin embargo, una vez que la lluvia cese, ¿Qué pasará? ¿A dónde irá?

El pobre muchacho salió de sus pensamientos al ver una cosa blanca frente a él. Alzó la mirada y ahí estaba el dueño del establecimiento tendiéndole
una toalla con unos ojos amables. Agradeció y la tomó para empezar a secarse. Le debía bastante al hombre por todas las molestias.

Al empezar a secarse, notó el charco de agua que trajo consigo; un rastro largo de agua que se expandía a lo largo de todo el suelo. Se sobresaltó de inmediato y un jadeó salió de los rotos labios. ¿Cómo no se dió cuenta antes? ¡Ensució todo el suelo del señor, estaba completamente empapado!

No lo pensó dos veces antes de arrodillarse y empezar a secar el piso con la toalla. Dios, por qué tenía que ser tan descuidado...

– ¿Eh? ¿Qué haces? –. El hombre alto apareció nuevamente, mirándolo con extrañeza. Notó sus acciones al instante sin siquiera dejar al muchacho hablar y se acercó a levantarlo –. Algo como esto... No es urgente, yo también estaba mojado.

El sujeto se rió suavemente, como queriendo tranquilizarlo. Ante los ojos del castaño oscuro, se veía como un pequeño animal tembloroso. No quería asustarlo más de lo que ya estaba.

– Ya, déjalo, yo secaré esto –. Colocó su mano en el hombro del más bajo y levantó una de sus comisuras, aflojando la expresión y pareciendo dócil –. He buscado algún conjunto de ropa y pantuflas que pensé que te serían útiles. Las dejé en la trastienda. Puedes ir y cambiarte. Hay un pequeño baño conjunto, siéntete libre de usarlo.

– Sí, muchas gracias... –. Oyó un mhm como respuesta y prácticamente corrió a la trastienda. Estaba goteando demasiado, debía ser rápido si no quería mojar más todo el suelo.

Demasiado vergonzoso.

金継ぎ

El té fue servido en la mesa más cercana a la ventana. Humeaba y estaba acompañado por galletas y bizcochos pequeños. No era lo adecuado considerando el horario, ¿Pero a quién demonios le importaba? El clima tan frío lo ameritaba.

Los pasos se escucharon detrás de su espalda y la figura del estudiante se mostró al instante. Le indicó con la cabeza que se sentara en la mesa y le extendió la taza una vez que tomó el lugar.

– Hace frío, así que hice un té de limón y miel. Bébelo despacio, está caliente.

– Muchas gracias, señor... –. La frase quedó inconclusa con una pregunta tácita de por medio. Lo captó de inmediato.

– Dooshik. Kang Dooshik –. Respondió el contrario. Finalmente esa cara tenía un nombre.

– Señor Dooshik... Muchas gracias, le he... No, le estoy causando tantas molestias con este cli-...

– Está bien, no tienes que disculparte –. El tono suave de esa voz le llamó la atención, era casi como una pequeña caricia al oído. Miró a los ojos a ese gentil hombre mientras continuaba –. Sería irresponsable de mi parte dejar a un estudiante afuera con tan terrible clima.

Kintsugi || DanShikDonde viven las historias. Descúbrelo ahora