1. Primeras Impresiones

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Las 9:15, genial, era el primer día de clases y ya llegaba la ostia de tarde. A primera hora me tocaba anatomía y Martínez me había dicho que la profesora que nos había tocado en nuestra comisión era dura de pelar. Subía las escaleras sin perder de vista los escalones de cemento que más de una vez me habían hecho arrepentirme de subirlos con prisas y cuando llegué al cuarto piso me encontré con la puerta del aula cerrada, me quedé un segundo enfrente de ésta dudando de si tocar o no.

- Te vas a quedar ahí toda la hora? - preguntó alguien detrás de mí.

Me giré para contestarle, pero volvió a hablar.

- Deberías saber que a la Dra. DeLuca no le gusta que la interrumpan cuando ha empezado sus clases. - Se detuvo y esbozó una media sonrisa.- Ainhoa Arminza, ayudante de la cátedra de anatomía.

La miré fijamente, era tranquilamente la tía más guapa que había visto en mi vida, alta, pelirroja, con ojos verdes y unos labios que te invitaban a quedártelos mirando por horas.

Llevaba el guardapolvo entreabierto, lo que dejaba ver un top negro que dejaba al descubierto un abdomen prácticamente perfecto y unos pantalones vaqueros de tiro bajo que hacían aún más evidente el cuerpazo que se cargaba.

- Luz Romaña, encantada.- extendí mi mano, aunque la verdad viendo su reacción me arrepentí al segundo, se limitó a mirarme extrañada y me hizo un gesto para que entrásemos al aula.

Una vez dentro busqué rápidamente a mi amigo con la mirada, pero por desgracia la primera persona con la que me crucé no se parecía en nada a Martínez.

- Buen día, como le comentaba a sus compañeros, mis clases empiezan a las 09:00. A partir de ahí, quien llegue más tarde no tendrá el lujo de asistir al práctico del día. Por hoy puede quedarse, pero que sea la primera y última vez que esto sucede.

-Vaya manera de empezar el curso- pensé.

Me disculpé por haber llegado tarde y por haber interrumpido la clase, y me fui a sentar al lado de Martínez quien, sin duda, estaba disfrutando la situación como el que más.

Me quedé mirando a la doctora, quien era ligeramente mayor que Ainhoa, aunque tampoco estaba nada mal, era algo más baja que la pelirroja, castaña, de ojos marrones y de tez más oscura que esta. Lo que no sabía yo era que hubiese chicas tan guapas en Vera del rey. Una lástima que solo tuviésemos esta asignatura dos veces por semana.

Todo ContigoWhere stories live. Discover now