Primer encuentro

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Libros, libros y MAS libros.

Que cansado es reorganizar la biblioteca, pero, de alguna manera, es al mismo tiempo reconfortante.

Libro tras libro, por color, tamaño y género. Todo tan perfecto y organizado. Más qué biblioteca era una exposición, un lugar donde miles de epocas y autores se encontraban esperando su oportunidad de revelar secretos y aventuras.

Un enorme mundo más haya de lo que tu o yo imaginamos, todo en una gran habitación con estanterías qué llenaban las paredes de arriba a abajo. Un pequeño niño apilaba los libros de forma tranquila, en un mundo donde lo único que lo acompañaba era la música que salía de su gramafono. Si lo buscabas no habría duda, el estaría ahí.

—¡Ma-mamá, no quiero!—

Lloraba y pateleaba el pequeño, dejándose toda la fuerza de sus pulmones, su madre cansada, lo tomaba de la mano arrastrandolo por el largo pasillo. Pronto conocería a su prometido.

—¡Josep, conportante! Llegarán visitas muy importantes y necesito que estés ahí, conocerás al príncipe Lewin tal vez hagas un nuevo amiguito—

La reina trataba de calmar a su pequeño hijo, mientras se dirigían al gran salón.

Los dos reinos eran dependientes uno del otro, el reino Birtalle brindaba protección, su inigualable ejército y sus múltiples conocimientos en guerra, por otro lado el reino de Narava tenía todo lo que su vecino necesitaba, amplias cosechas y una riqueza extensa en comida y fauna. Ambos lados planeaban unir sus reinos, y que mejor que casar a sus hijos.

En una sociedad donde nada es predecible lo más acertado es unir lo mejor de dos mundos, a los dos reinos qué se habían acompañado desde sus apariciones, por fin, serian uno solo.

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Los dos niños se encontraban en silencio, sus padres los habían dejado solos para que se conocieran. Josep se sentía terriblemente incómodo y con ganas de llorar, tenia algo de miedo del chico frente de el.

 Josep se sentía terriblemente incómodo y con ganas de llorar, tenia algo de miedo del chico frente de el

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Por otro lado Lewin, miraba con diversion al pequeño. El sabia que ellos estaban comprometidos, solo basta con escuchar atentamente los cuchicheos de los sirvientes para saber hasta el mas minimo detalle.

Cuando lewis se entero al principo le sorprendió pero ahora conociendo a quien seria su esposo no tenia nada que renegar, Josep era lindo, aunque también se veia como un blanco facil para molestar.

—Creo que seras una buena reina—

—Ah?—Josep volteo a verlo rápidamente confundido, no entendiendo a que se refería. Lo miro unos segundos y Lewin prosiguio.

—¿No lo sabes? Estamos comprometidos y tu seras la reina— Con un tono burlon, lo miro expectante, sería divertido molestarlo un rato.

—¡M-mientes!— Grito Josep molesto ante tal comentario.

—¿oh, es así? Tal vez deberíamos preguntar "princesita"— Se burlo recalcando lo último.

—¡Callate!, NO SOY UNA PRINCESA — Rojo por el enojo volvió a gritar, esta ves sin contenerse se  abalanzo sobre Lewin, pero por la diferencia de tamaño Lewin lo termino sometiendolo contra el piso, rara vez un niño de 4 años le ganará a uno de 7. —¡Sueltame, tonto!— Reullia intentando quitarse de encima a el mas grande.

—Solo si admites de que seras la reina— Siguió burlándose, pero esta vez Josep rindiendose comenzo llorar. — H-he tranquilo, calmate— Lewin lo soltó nervioso, miro a la puerta e intento calmar al pequeño pero de poco sirvió el solo comenzo a chillar más fuerte atrayendo a los gobernantes de ambos reinos y algún qué otro sirviente mirón.

Al poco rato los los padres de Lewin se encontraban regañandolo y pidiendo disculpas algo avergonzados por comportamiento de su hijo, mientas Josep era cargado por su madre consolandolo intentando de quejara de lagrimear.

Finalmente el encuentro termino y los monarcas de Birtalle volvieron a su reino. Josep paso la siguiente semana pensando en todo aquello.

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Josep se encontraba en la biblioteca leyendo por quinta vez su libro favorito "Los sueños de una estrella", era simplemente maravilloso, un chico que al ser desterrado del cielo vaga por llanuras donde lo unico que habia era una soledad tan negra como el vacio y su compañia era el eco de sus pensamientos, donde al llorar ries de impotencia y la noche se oculta para no ser presente del abismo en el que se cae al ser preso de la locura y la desesperacion. Josep tan consentrado se olvido del mundo, de sus estudios, del compromiso y de todo aquello que lo atemorizaba, se permitio llorar y penso en el como el protagonista de aquel libro, donde lo unico que se puede hacer es aceptar lo que biene sin posibilidad de escapar, donde...

Lewis depronto le arrebato el libro y lo ojeo

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⏰ Last updated: Dec 07, 2023 ⏰

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