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"Buenos días mi cielo ¿Cómo dormiste?" Mi mano peinó lentamente el desordenado cabello de Sky quien frotaba su ojo izquierdo lanzando un gran bostezo. "¿Estás lista para visitar a los caballos?"

"¡Caballos!" Reí al verla activar sus sentidos instantáneamente al escucharme mencionarlos.

"¡Si! Ayudaremos al abuelo a darles de comer..." Sky se levantó sobre la cama como si un rayo de energía hubiera atravesado su pequeño cuerpo. "Pero primero hay que cepillarnos los dientes y comer el desayuno ¿Entendido?"

"¡Si!" Sky asintió frenética observándome con esos grandes ojos que hasta el día de hoy parecían cambiar cada cierto tiempo.

Sky Hemmings era la pequeña más energética y curiosa que haya conocido en mi vida. A sus casi dos años de vida, Sky tenía el cabello algo rizado y dorado en la luz del sol. Sus ojos eran una extraña combinación de azul verdoso profundo con manchas miel cerca del iris que nos tenía algo asombrados.

Sky amaba la naturaleza y por supuesto, amaba la música. Debí suponerlo, con el papá que tenía no esperaba menos.

Los últimos dos años de mi vida habían cambiado mucho al mismo tiempo que Sky crecía y adquiría una personalidad única. Nadie me había preparado para todas las emociones que atravesaría cada día al ver a mi bebé crecer con tanta velocidad y observar su rostro maravillado con cada cosa nueva que descubría.

"Tengo que recoger tu cabello Sky" Dije maniobrando con mi berrinchuda hija mientras estábamos frente al espejo en el baño.

"¡No!" Se movió haciendo que soltara su cabello y miré su mueca en el reflejo del espejo.

"A los caballos no les gusta ver a las princesas con el cabello desordenado Sky" La miré con una ceja arriba y cruzó sus pequeños brazos aún molesta con un gran puchero en los labios. "¿Me vas a dejar peinar tu cabello para que ellos te dejen tocarlos?"

"¿Tocar yo los caballos?" Preguntó animada por la idea y asentí sonriente.

"Puedes acariciar a los caballos pero tienes que tener tu cabello recogido ¿Entendido?" Sky pareció pensarlo un segundo y después asintió bajando sus brazos y permitiéndome tomar de nuevo su enredado cabello.

No era muy largo pero era lo suficiente para hacer una pequeña coleta alta. Su cabello era tan suave y amaba peinarla siempre que podía.

Estar en mi papel activo como mamá me hacía pensar mucho en mi propia madre. Que era básicamente la razón por la que estábamos aquí, en mi ciudad de nacimiento y en el increíble terreno que mi papá poseía para venir los fines de semana.

Lamentablemente estas no eran unas vacaciones ni nada por el estilo. Mamá estaba en cama muy enferma y en realidad no tenía un muy buen pronostico.

El cáncer que había vencido hace años había regresado mucho más fuerte y las quimioterapias parecían no funcionar demasiado. Ella ya había aceptado que probablemente esta vez no habría un final feliz.

Continué perfeccionando el cabello de Sky en silencio. Ella balbuceaba y cantaba la canción de un programa de dibujos animados que le gustaba ver.

"¡Lista! Te ves hermosa preciosa" Besé su mejilla mientras la cargaba en mis brazos para que ella se viera por completo en el espejo. "¿Le mostramos a papi tu peinado?"

"¡Si! ¡Papi!" Sky amaba a Luke con locura y lo seguía a todos lados siempre que podía.

En estos últimos dos años, Luke había cambiado al igual que yo. Ambos habíamos puesto nuestro enfoque en Sky y verlo desempeñar su rol como papá era totalmente increíble.

COMEDOWN | L.R.HDonde viven las historias. Descúbrelo ahora