Odio ✧ KookV [omegaverse]

✧ Dos ✧

2012
11 años.

Jungkook se dejó caer sobre el césped podado del patio trasero de su casa, sintiendo en cuestión de segundos un peso sobre su espalda que fue acompañado de una risa a carcajada limpia por parte de Taehyung. Ambos niños se encontraban en una fiesta de adultos que se estaba llevando a cabo en la casa de los Jeon, posterior a la celebración del cumpleaños del hijo mayor del matrimonio y ellos como buenos amigos, decidieron corretearse por el patio en busca de diversión.

"Salte de encima, pesas mucho."

"¡No!" gritó el niño Kim, mordiendo el hombro de Jungkook. "¡Devuélveme esa flor!"

"No quiero, ¡hay muchas más!"

"pero esa la saqué yo... ¡Ladrón!"

En la lejanía, sus padres Alfas observaban todo con una sonrisa en sus rostros.

"¿Crees que su amistad se conserve después de que se presenten?" El señor Jeon preguntó, llevándose la copa de vino a los labios.

"No lo sé... nunca se sabe, tampoco tenemos cómo saber que serán."

"Jungkook será un Alfa, debe serlo."

"Mh... TaeTae será lo que tenga que ser, lo que sí debe ser es feliz..." El señor Kim murmuró, alejándose de la escena en completo silencio al sentir la incomodidad palpitando entre los dos adultos.

2014

13 años.

Taehyung suspiró contra la almohada de su cuarto, sintiendo su cabeza hervir en una fiebre que llevaba haciendo acto de presencia un par de días y siendo el motivo del porqué sus padres decidieron mantenerlo en casa sin asistir a la escuela o ver a sus amigos. Había escuchado en más de una ocasión a Jungkook pasar por su casa, preocupado por él y solo había podido saludarlo desde su ventana, compartiendo una vaga conversación que después continuaría por Facebook al tener ambos acceso a una red social supervisada por sus padres.

De hecho, planeaba enviar un mensaje a su amigo al ser un día sábado pero cuando intentó ponerse de pie, un fuerte dolor en su estómago lo hizo retorcerse en la cama y gritar de dolor, llamando la atención de su papá que no dudó en abrir la puerta de un tirón.

Kim Minki no estaba preparado para ver los ojos lilas del lobo de su hijo mayor por primera vez, ni tampoco para verlo retorcerse de dolor y gemir mientras la habitación se inundaba de un dulce olor a Miel, presentándose cómo omega.

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Cinco días después, Taehyung pudo volver a la escuela con total tranquilidad después de haber tenido una cita con un médico que le explicó en detalle los cuidados que debería tener al ser un omega y él se sentía realmente distinto, cómo si hubiera florecido de una vez por todas. Sus padres se mostraron muy felices de su presentación, lo llenaron de mimos e incluso le compraron unas nuevas zapatillas, regalo que solo podían costear en ocasiones especiales y comió muchos dulces que aún sentía en su panza.

Llevaba las correas de la mochila bien apretadas en sus hombros, sintiéndose un poco intimidado por volver a un lugar donde estaría lleno de personas que probablemente notarán su nueva esencia, la cual en cierta parte era irónica porque él desde pequeño que dejó de comer carnes y consumir cualquier producto que venga del animal, siendo la Miel su aroma que le acompañaría toda la vida.