¿Qué?

Potter encima de sus labios susurró:

—No hables. Bésame.

Sin entender, pero con algo diciéndole que debía obedecer. El beso que compartieron siguió la secuencia de todos los besos que anteriormente habían compartido en su matrimonio, especialmente durante la época mala. Todo estaba volviéndose fuego y:

—¡Papá! ¡Padre! —Llegó una voz cantarina.

Draco se paralizó y se separó rápidamente. Lily y Vincent estaban a menos de un metro de ellos. Su hija los miraba radiante, aunque notó su vista detenerse en su padre. Incluso Vincent prestó más atención allí.

—¿Qué están haciendo aquí? —preguntó Draco casi sin aliento.

—Sí —Potter se aclaró la garganta, ajeno a las miradas a su atuendo reluciente—. Pensábamos que... no lo sé. Su hotel. Luna de miel, chicos.

Ginevra, que aún estaba con ellos, sonrió como si acabase de hacer una travesura. Draco entendió que había mentido cuando dijo que Lily le envió un Patronus. Lily se lo había dicho personalmente.

Rayos.

—Bueno —Lily se acercó, encogiéndose de hombros—, conocer al equipo de Quidditch de mi padre no debe ser tiempo perdido en mi Luna de Miel. Y James me avisó que papá venía —Su hija se adelantó y lo abrazó tan fuerte que dolió—. Esto es maravilloso —dijo sonriente cuando se alejó un poco—. No saben cuánto me alegro de verlos juntos —a su hija se le rompería el corazón cuando descubriera la verdad.

No, él no podía hacerle eso.

—Lily, hija... —comenzó a decir.

—Draco —le advirtió Potter.

Mierda. No era el mejor momento para hablarle a su hija de sus mentiras. Respiró hondo y cambió sus palabras:

—Recuerda que sólo lo estamos intentando.

—Lo sé. Porque se aman —rayos—. Y me parece maravilloso que estés con padre aquí, en Seattle, hasta su primer partido.

Oh.

¿Qué?

¿Su primer partido no era en una semana?

Oh.

No. Definitivamente no.

—Lily...

—Tenía mis dudas —su hija no lo dejó continuar—. No sabía si realmente considerar su situación o si sólo estaban intentando que me sintiera mejor. James no lo cree y Scorpius tiene sus dudas. Sólo Albus lo cree, un poco. Y eso es dos contra dos —su hija les sonrió—. Y ahora sé que, suceda lo que suceda, no me han engañado. Tengo que decírselo a James.

Entonces, después de conocer al equipo de Potter, tener la mirada de Ginevra en su espalda todo el tiempo, viendo la mirada soñadora de su hija y el rostro complacido de Vincent, Draco respiró aliviado cuando Lily finalmente decidió que ya había visto demasiado y debía continuar su luna de miel en el hotel.

—Te quiero, papá —le susurró en un fuerte abrazo—. No tienes que preocuparte, mi corazón me dice que todo va a salir bien. Mañana volveré para el entrenamiento y estaré en el juego junto a Vincent. Es más, me gustaría que cenaremos en el hotel donde se están quedando. Nos vemos.

¡No podía ser cierto!

Su hija se alejaba pero de vez en cuando volvía el rostro. Potter lo abrazó por la espalda mientras lo guiaba para que viera a su equipo volar, siguiendo las órdenes de Ginevra. Por un segundo, Draco pudo concentrarse en esas personas. Potter no tenía un mal equipo. Había una joya, un chico de oro, su nombre era Alan Focus, su madre era una antigua jugadora en la casa y época de Potter, Katie Bell. Draco hizo una mueca, Katie Bell había sido una víctima colateral de cuándo intentó fingir que seguía las órdenes de Voldemort y aparentar querer matar a Dumbledore. Un intento que buscaba no tuvo éxito pero claro, ¿cuándo las cosas le salían bien? Nunca, una cosa llevó a la otra y Katie Bell terminó en el medio, casi en la locura por su culpa.

Divorciados [Harco]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora