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Finalmente el momento había llegado.

Los vehículos que se encargarían de llevar a Rusia y los demás ya se encontraban fuera de la academia a la espera de los jovenes países.

Poco a poco se iban subiendo en los mismos carros que los trajeron a aquel lugar hace ya poco más de dos años.

–¡¿Ya están todos listos?! –Gritó uno de los conductores.

–¡Ya casi! –Respondió Mikhail.

Kirgui se acercó al antes mencionado. –Oye, mikhail, muchas gracias por haber ayudado a Rusia por mi.

–Es un placer niño, espero verte en esa cabaña pronto.

–Dalo por hecho.

–Espero que puedan con el gigante rojo. –Sacó un cigarrillo de la caja que llebava siempre en su bolsillo.

–En verdad, muchas gracias por haberme llevado con la enfermera aquel día, me salvaste la vida y me gustaría darte algo a cambio...

–No es necesario niño. –Encendió su cigarrillo.

–Ten. –Extendió su mano para darle el regalo.

–Te dije que no era-  Sus palabras fueron interrumpidas por él mismo al ver lo que el joven kirgui llevaba en sus manos. –...Necesario...

–Adelante, tomalo.

Mikhail se quedó unos segundos mirando fijamente aquel objeto. Lo miraba con una melancolía enorme.

–¿De dónde sacaste esto?

–Oye, ¿por quien me tomas? Use mi poder mágico para hacerlo.

Mikhail no dijo nada.

–Oye, si no te gusta puedo hacer otro que te guste.

–No, no es eso... Tú sabes lo que este objeto significa para mí, ¿no es así?

–Si, era lo único que pude lograr ver que deseabas más que nada.

–Levaba años sin verlo...

–Entonces, tomalo como mi regalo de despedida, aunque espero poder volver a verte, no sé realmente si tendre la oportunidad.

–Esta bien niño... Muchas gracias por el regalo.

–Bueno, ya me tengo que ir, fue un placer conocerte, y fue divertido hablar contigo durante tus almuerzos. –Sin decir nada más Kirgui se dio la vuelta para suvir al carro.

–Kirgui...

–¿Si?

Mikhail abrió la boca para hablar, pero luego de uno segundos suspiró. –Nada, te lo diré cuando vuelva a verte.

–¿Seguro?

–Si, seguro.

Kirgui regreso en sus pasos y abrazó a Mikhail. –Gracias por tu ayuda.

–¿Usaste tu poder mágico denuevo?

–Si, en ese caso te veo en la cabaña del gigante rojo. –Finalmente se subió al carro y dieron señal al conductor para irse.

Mikhail se quedó parado mirando como los carros se iban alejando poco a poco, mientras en sus manos sostenía aquel pequeño regalo.

Dio un largo suspiro. –Justo cuando creí que no podía recordarme más a mi querido hijo, me da esto. –Miró una vez más aquel objeto, era un pequeño tótem de madera clara y pintado con tres animales. –Es justo como el que talló mi hijo...

~''°\PASADO RUSO/°''~ (countryhumans) <en edición>Where stories live. Discover now