-Sol, mira lo que encontré -canturrea Harry alargando la última vocal. Me giro para mirarlo, y no puedo creerlo. Lo ha sacado de una vieja caja, ya que nos mudaremos mañana.
-Oh Dios mío -cubro mi boca con mis manos sin poder creerlo. Lo sujeta con su dedo índice y el pulgar. -Es...
-Nuestro Diario -asiento lentamente.
-¿Qué es eso papá? -pregunta Soph, nuestra primera hija, luego del bebé que perdí... tuve qué decirlo a Harry, sigue culpándose. Soph tiene quince años.
-¿Un libro? Ew -Helen hace una mueca. Ella tiene siete años.
-¡Un libro! ¿Nos lo lees? -aplaude Danielle, de catorce.
-¡Mamá! ¿Puedo jugar x-box? Ya terminé de empacar -interrumpe Harry. Tiene diez. Asentimos.
-¿Entonces... quieren leerlo?
-¡Siii! -dice Soph efusivamente, y suelto una carcajada.
-¿Y eso? -murmura Helen al ver una pequeña libreta cocida a mano, con cubierta de mariposa.
-Es... es el inicio de nuestra historia -Harry muestra sus hoyuelos.
-Pero, ustedes no tienen edad para historias, así que ha dormir.
-¡Pero mamáaaaa! -resoplan las tres al mismo tiempo. Les lanzo una mala mirada y se van todas resoplando, cada una a su habitación.
-¿Nosotros si tenemos edad para nuestra historia, Sol? -pregunta inocentemente, mientras deja un casto beso en mis labios. Asiento. Sonríe y abre la cubierta de Mariposa, y prepara el libro más grueso que leerá luego. -"Hey... me has llamado la atención desde que llegamos a la preparatoria, pero no me atrevo a hablarte, y se me ocurrió escribirte...