Capítulo 18: Vuelta a la normalidad.

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***


Al volver a clase, porque el timbre así nos lo había indicado, nos encontramos con una escena que nadie se esperaba en absoluto. Adriel y yo estábamos a punto de entrar en el edificio para dirigirnos cada uno a su aula cuando una estampida de alumnos corrió hacia la entrada del instituto. Con tanto alboroto no distinguimos ni una sola palabra de lo que decían, pero no había ninguna duda que algo gordo había pasado.

Nos miramos a los ojos y no hizo falta nada más para disponernos a seguir la masa de alumnos a la que cada vez se le unía más y más personas. Recorrimos el patio a la misma velocidad que ellos hasta que llegamos al lugar de los acontecimientos.

Una ambulancia permanecía aparcada justo delante de la gran puerta de la verja que rodeaba el instituto. Todo pasó muy rápido y entre la gran cantidad de gente que me bloqueaba la visión apenas pude ver nada. Pero lo que vi me dejó con la boca abierta.

Un hombre con uniforme de sanitario se abría paso entre la multitud que estaba bloqueando la entrada del instituto. Pero no solo él: empujaba a toda velocidad una camilla con el cuerpo de un alumno. Este último permanecía inmóvil y sus párpados estaban cerrados. ¿Qué había ocurrido? ¿No estaría...?

Los murmullos incrementaron y el sanitario que transportaba la camilla, con ayuda de otro sanitario, metió la camilla en la parte trasera del furgón de ambulancia. El conductor de la ambulancia no tardó ni un segundo desde que cerraron la puerta trasera del vehículo en arrancar e irse a toda leche con las sirenas encendidas.

Cuando la ambulancia desapareció y las sirenas se dejaron e escuchar, un llanto de una chica se anunció entre la multitud de alumnos.

—¿Qué coño ha pasado? —pregunté, aún en shock.

—Ni puñetera idea, pero una chica está llorando y otra parece que la está consolando —me informó Adriel, quien tenía mejor visión de la situación al ser alto.

—¡Chicos! —La voz de Georgia sonó a nuestro lado. Evie y Kai se nos unieron al mismo tiempo que Georgia—. ¿Os habéis enterado de lo que ha pasado?

—Hemos visto que se han llevado a un alumno en una camilla pero no sabemos por qué —contestó Adriel, a mi lado.

—Dicen que ha caído en coma —anunció Evie, mirándonos a ambos, con un ápice de preocupación en sus ojos grises.

—Sí, he escuchado que la noche anterior apenas durmió. Por eso se ha echado una siesta en el recreo y no ha despertado —continuó Kai, sin ninguna señal de que estuviera de guasa. Su expresión era de total seriedad.

—No jodas —farfullé a causa de la estupefacción que sentí en aquel momento.

—Dios —murmuró Adriel al mismo tiempo—. ¿Quién es la que llora?

—Es la prima del chico —respondió Georgia a la vez que desplazó su mirada hacia la chica en cuestión—. Creo que él es la primera persona que ha caído en ese tipo de coma en esta ciudad.

Hubo algo de sus palabras que me pusieron los pelos de punta. Hasta ahora los casos habían sido relativamente lejanos; países de otros continentes, países de la otra punta del continente, ciudades de otros países, ciudades y pueblos de nuestro país que quedaban lejos de la nuestra... En resumen, los casos habían ocurrido en lugares de los que tenías que enterarte mediante las noticias, pero esa vez había sido en nuestra propia ciudad, en nuestro propio instituto. Había sido tan cercano que daba hasta miedo.

—¡Venga chicos, a vuestra clase! ¡El timbre ha tocado hace minutos!

Un profesor vino para disipar la acumulación de alumnos de la entrada del instituto. No nos quedó otra opción que regresar a nuestras clases. Pero al darme la vuelta vi al chico con el que compartimos parte de nuestro pasado. Estaba de pie, quieto entre la multitud, mientras la gente lo rodeaba para irse de allí. Lo que más me desconcertó no fue que Diego permaneciera parado mientras todos los de su alrededor caminaban, sino que sus ojos color miel estaban clavados en mí con una expresión distinta a la típica cuando cruzas miradas sin querer con alguien. Aquella mirada no supe cómo interpretarla y el contexto tampoco ayudó a que la pasara por alto.

MÁS QUE UN SUEÑOWhere stories live. Discover now