07: 𝗘𝗹 𝗗𝗶̀𝗮 𝗤𝘂𝗲 𝗦𝗶̀ 𝗢𝗰𝘂𝗿𝗿𝗶𝗼́

364 34 22
                                    

{Omnisciente}

Una pareja iba tranquilamente caminando por el parque después de un duro día de trabajo.

Todo estaba en completa calma cuando de pronto la mujer se quedó paralizada por un fuerte dolor en su vientre.

¿Cariño, que pasa?

Tras unos segundos de silencio la mujer cayó al suelo de rodillas, su esposo preocupado se arrodilló a su lado también.

La mujer empezó a soltar quejidos de dolor, su esposo la ayudó a recostarse de un árbol, al hacer esto se notó como su barriga empezaba a crecer pareciendo embarazada.

Lo raro es que no lo estaba hace unos momentos.

El hombre alarmado por no saber que hacer la tomó de la mano.

Cariño resiste, solo respira hondo.

La mujer empezó a respirar profundo mientras comenzaba a pujar con todas sus fuerzas, su esposo tomándola de la mano la alentaba.

Miraba a todas partes buscando a alguien que pudiera ayudarlos pero no había nadie, era muy de noche para que alguien estuviera en el parque.

La mujer gritaba cada vez más alto por el desgarrador dolor que estaba sintiendo.

—Sigue así, querida ¡Lo estás logrando!

Después de una media hora de gritos, desesperación y mucho miedo, un llanto anunció que por fin una pequeña bebé había nacido.

El hombre cargó a la pequeña entre sus brazos envolviéndola en su saco.

Shhh —susurró meciéndola.

¿Está bien? —preguntó su mujer.

El hombre sonrió al ver como la pequeña tomó su dedo con su pequeña mano.

Asintió—Es una hermosa niña...

La puso en los brazos de la mujer que al verla se le iluminaron los ojos.

Tiene tus ojos —le dijo el esposo.

Quedaron por unos segundos en silencio admirando a la hermosa bebé que los veía fijamente.

Esto es una locura, no tiene explicación alguna —empezó la mujer.

Lo sé... Pero es un milagro... Un inesperado milagro...

¿Deberíamos... —la mujer se le quedó viendo dudosa—quedarnos con ella?

Habíamos hablado de esto hace un tiempo.

Acordamos no tener bebés hasta que dejáramos ese lugar.

Yo tampoco quiero que un ser inocente como este —acarició la mejilla de la bebé—crezca en un lugar así. Pero esta oportunidad es tan repentina... No lo sé, tal vez deberíamos aceptarla...

La mujer observó de nuevo a la pequeña en sus brazos, era demasiado adorable y el hecho de que tuviera un gran parecido a ella no ayudaba.

¿Qué haremos? No podemos aparecer con un bebé de repente, se verá muy sospechoso y no quiero que la lastimen.

Yo me encargaré de eso, no permitiré que nada les pase a las dos.

Dio un beso en la cabeza de la mujer.

Tengo amigos que pueden ayudarnos —le dijo el hombre acariciando su cabello para calmarla.

Entonces... ¿Cómo la llamaremos?

¿Casualidad o Destino? - Cinco Hargreeves Where stories live. Discover now