Quackity seguía cruzado de brazos y con el ceño fruncido mientras escuchaba a Rubius hablar sobre su bonito día con Robleis, y es que él estaba feliz por su amigo, pero también un poco celoso. Decir que quería una cita con Carre estaba de más, pero debía ser paciente, a penas el día anterior se le había confesado. Estaba ansioso, saber que era correspondido lo ponía aún más nervioso y expectante.
-¿Y entonces qué pasó?-preguntó juan con interés, terminando su sánwich de jamón durante el receso.
Las mejillas de rubius se sonrojaron, su sonrisa se ensanchó debido al recuerdo, dándole una indirecta a sus amigos de lo sucedido.
-Me besó-soltó por fin, obteniendo risitas emocionadas por parte del castaño-¡Al fin di mi primer beso, chicos!
Quackity soltó un sonoro suspiro, logrando que ambos chicos lo miraran confundido.
-¿No estás feliz por Rubius?
-Claro que lo estoy, pero yo también quiero dar mi primer beso-hizo un puchero.
-Pronto, Quacks. Carre ya dijo que le gustas, solo espera un poco.
-Lo único que conseguí fue un beso en la frente.
-¡Pero eso es muy lindo!-habló juan.
-No te pongas así, juan tampoco ha dado su primer beso y está tranquilo, pasará cuando tenga que pasar-dijo rubius con amabilidad hacia el pelinegro.
Quackity suspiró triste-Tienes razón, no puedo apresurar las cosas.
Juan se sintió nervioso ante las palabras de rubius, no sabía si debía decir lo que había pasado entre él y spreen, no sabía si spreen estaría de acuerdo con que todos supieran eso, porque si les contaba a sus amigos, era obvio que le dirían a carre y rob, y lo que menos quería era que spreen se enojara con él por algo así.
El receso terminó y los tres chicos se dirigieron a clases. Todo el día transcurrió relativamente normal; debido a que pasó todo el día con sus amigos, nadie se acercó a molestarlo y su ánimo era bueno, así que, por el momento, estaba siendo un buen día.
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Spreen miraba con impaciencia su brillante reloj, sus amigos estaban tardando más de lo normal en salir, quería irse a casa y estudiar un poco. Vio a ari salir del salón, caminando justo en su dirección. No quiso parecer grosero, pero era muy expresivo y a pesar de que la chica no le desagradaba, no sentía muy cómodo tener que lidiar con sus sentimientos, mucho menos sabiendo que el que le gustaba era su hermano menor, lo que lo llevó a pensar en cómo manejar esa situación..
¡Iván!-la rubia lo saludó con una cálida sonrisa-¿Ya vas de salida?
-Hola, Ari. Si, solo estoy esperando a mis tontos amigos.
-Ya veo-asintió-El profesor los sigue regañando por platicar en clases, y sabes cómo es él, quién sabe a qué horas saldrán.
Spreen suspiró frustrado, parece que tendría que irse sin sus amigos.
