Me coloco un mechón de pelo tras la oreja, para hacer algo y distraerme.
—Gracias a ti, de nuevo.
—¿Te apetece tomar algo?— pregunta, señalando su cocina.
Asiento con la cabeza y ella sonríe ampliamente. Se me contagia su sonrisa y se me escapa una pequeña.
La sigo hasta la cocina y ella abre la nevera. Me pregunta qué prefiero y me lo sirve en un vaso de cristal. Después volvemos al salón, ya que es mejor sentarse allí.
Delilah se deja caer sobre el sofá después de dejar la bebida en la mesa y da dos golpecitos a su lado mientras me mira.
—No seas tímida, Dánae, siéntate.
Había algo en la forma en la que decía mi nombre que hacía que mi estómago diera un vuelco.
Sigo sus órdenes y me siento a su lado, girándome un poco para mirarla a la cara.
—¿Qué haces aquí en Argentina?— pregunta, de pronto.
Me encojo de hombros y ella me mira curiosa.
—No quería seguir allí, así que cogí mis ahorros y me monté en un barco que acabó aquí.
Ella asiente y se inclina ligeramente hacia delante.
—¿Por qué no querías seguir en...?
—España— completo por ella. Me mordisqueo los labios al pensar en todos los motivos—. Solo no quería.
Ella vuelve a asentir y agarra su vaso. Se lo lleva a los labios y bebe un trago. Yo me fijo en su mandíbula y cuello. Se me vuelven a teñir las mejillas, así que aparto la mirada.
—¿Te montaste en un barco sin saber su destino?— ella deja el vaso en la mesa y sube una pierna al sofá.
—Sí— afirmo. No sabía dónde llegaría, pero necesitaba irme—. Por lo menos es un país hispanohablante.
—¿Solo hablas español?
—¿Esto es un interrogatorio?
Me arrepiento al instante de sonar tan borde. Me muerdo la lengua con fuerza. No obstante, ella sonríe.
—Yo solo hablo español, algo de inglés y estoy aprendiendo italiano— confiesa con una sonrisa ladina.
—¿Italiano?
—Tengo raíces italianas y me parece un idioma bonito.
Le doy la razón. El italiano es un idioma muy romántico y yo vivo por y para el romanticismo.
—Español, inglés y algo de francés— me adelanto a su pregunta y respondo—: Raíces francesas.
—¿En serio?— ella juega con su pelo al hablar— ¿Puedes decirme algo?
—Sí, claro— me contagio de su energía y sonrío con ella—. Toi maison est très beau.*
—¿Qué significa?
—Tu casa es muy bonita.
Ella se muerde el labio y mira a su alrededor.
—Lo sé. Di algo más.
—Tu es très belle*— digo casi en un susurro, mientras mis mejillas, una vez más, se tornan de un color rojo.
—¿Traducción?
Me encojo de hombros y le dedico una sonrisa inocente. Ella entrecierra los ojos y suelta una risita.
—Me acordaré de esta.
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Message in a bottle
Romance'Cause you could be the one that I love I could be the one that you dream of Message in a bottle is all I can do Standin' here, hopin' it gets to you
Invisible string
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