CAP. 14

905 118 13
                                    

Era el día siguiente, Sonic se encontraba en su habitación, sin apartar la vista del cobertizo. No pudo dormir toda la noche, así que sus ojeras se notaban.

Miró por un instante a la rosa azul que Shadow le había obsequiado, se dirigió a ella y la tomó en sus manos.

Estaban contemplando su belleza, recordando la vez que Shadow se la obsequio. Se formó una sonrisa en su rostro con solo recordar los momentos más importantes de su relación.

Volvió a la realidad cuando escucho que abrían la puerta, rápidamente oculto a la rosa azul y miró a la nada.

Eran los hombres de Zokar. Le pidieron que bajara a desayunar. Sonic volteó a ver el cobertizo para después dirigirse al comedor.

Cuando bajo se encontró con sus hermanos, pudo ver a Manic y al igual que Sonia, tenía marcas de golpes en su rostro, así también tenía una quemadura en su mano. Eso lo hizo sentirse aún peor.

Se sentó en su asiento y justo bajo su padre, que también tomó asiento.

Nadie decía nada, solo hubo silencio. Trajeron el desayuno y fue Zokar el único que estaba desayunando. Los demás no tenían ni un poco de apetito.

–Dejen de estar como estúpidos y desayunen de una vez. –ordeno.

Los chicos por miedo empezaron a desayunar, este desayuno no era para nada agradable.

Cuando terminaron. Zokar se levantó y miró directamente a sus hijos.

–Para esta noche quiero que preparen todo. Dejen este lugar impecable, la familia Bellerose es muy exigente. Así que si no lo hacen les ira peor. –volteó su mirada hacia su hijo menor. –A ti te quiero presentable para esta noche. No hagas que pierda la paciencia o ya sabes que le pasará a tu novio.

–Si. –dijo el cobalto.

Zokar salió del lugar dejando solos a sus hijos.

Estos se levantaron de sus asientos y empezaron a hacer lo que les ordeno su padre.

[...]

Llego la noche, en un rato llegarían los Bellerose para aclarar cosas sobre el matrimonio.

El cobalto estaba poniéndose su traje más elegante. Tenía que dar una buena impresión según su padre.

Una vez listo bajo a la sala principal donde todos se reunirían. Sus hermanos también tenían puestas las mejores prendas.

–Más les vale dejar una buena impresión. –dijo Zokar. –Sonic cuando llegue tu prometida, la recibirás. Estarás al lado de ella todo el tiempo, ¿entendiste?

–Si padre.

No paso mucho tiempo y llego la familia Bellerose. Tal y como dijo Zokar, Sonic fue afuera a recibir a Amy, su amiga. Él le extendió su mano para ayudarla a bajar, ambos cruzaron miradas y Sonic noto que su Amy, tenía una marca en su mejilla, como la marca de un golpe o una bofetada.

Todos entraron a dentro, empezaron a saludarse, Sonia y Manic trataban de ocultar las heridas de su cuerpo. Por suerte nadie noto esas marcas.

Se sentaron en el sofá, y los señores Bellerose empezaron a hablar con Zokar sobre el matrimonio y cosas así.

Sonic por su parte no escuchaba nada, estaba tan perdido en sus pensamientos que ignoraba todo a su alrededor. Hasta que un apretón en su mano lo alejo de sus pensamientos.

–Sonic, ¿podemos hablar afuera? –pidió la eriza rosada.

Sonic solo asintió y ambos se levantaron para dirigirse afuera. Justo en el patio.

–¿Qué sucede? –pregunto el cobalto.

–Quiero pedirte perdón.

—Amy, no tienes porque hacerlo.

—Claro que si.

—Amy, tu no tienes la culpa de nada. Ambos somos víctimas de esto.

—Es que es... tan difícil. —soltó pequeñas lágrimas.

—Lo se.

Amy seco sus lágrimas y pregunto al cobalto.

—¿Como lo tomó Shadow?

Sonic se quedó callado ante esa pregunta, volteó su mirada hacia el cobertizo y Amy lo siguió.

—Él está allí. —dijo con la voz quebrada.

Amy lo miró asustada.

—¿Qué pasó? —pregunto la rosada.

—Mi padre lo lastimó y lo tiene encerrado allí. No lo soltará hasta de... la boda.

—Lo siento mucho Sonic.

Amy abrazo a su amigo para consolarlo. Sonic soltaba lágrimas, no paraba de llorar y tener ese abrazo de su amiga, lo tranquilizaba.

—Enserio, lo lamento.

—No te preocupes, ya veré que hacer después. Lo importante es que él esté bien.

Allí ambos fueron llamados por los padres de ambos y salieron del lugar donde estaban.

[...]

–Señor Zokar, una vez que finalice la boda y Sonic se vaya a vivir con nosotros, le enviare el documento donde también será parte de mis inversiones.

–No se preocupe, también tendrá el apoyo de mi maquinaria.

–Bueno, mi señora esposa y mi hija ya debemos irnos, muchas gracias por su tiempo.

–Muchas gracias a ustedes por cooperar.

–Nos vemos mañana.

Los señores Bellerose y su hija ya se habían retirado del lugar. Ahora que la casa estaba sin visitas Zokar se acerco a sus hijos.

–Los quiero impecables para ese día. Especialmente a ti Sonic, más les vale que este matrimonio vaya bien. ¿Entendieron?

Los hermanos solo asintieron con la cabeza, sin mirar a su padre a los ojos.

–Bien, en unos días es el gran día, vayan a descansar. Necesitan fuerzas.

Zokar se retiro a su habitación, mientras los chicos se quedaron en la sala, después de una pequeñas miradas, subieron a sus habitaciones. Pero antes de ingresar a estas.

–Sonic, alistaran una carreta donde subirán a Shadow y a sus flores. Lo dejaran partir después de la boda. –dijo Manic.

—Ya lo sabía. —dijo cabizbajo el cobalto.

—Ojalá pudiera hacer algo, pudiéramos hacer algo.

—No se preocupen, yo veré que hacer.

—Sonic, lo mejor es que dejes ir a Shadow. Estará a salvo.

—¡No! Ustedes no lo entienden. —dijo furioso. —¿Como se que papá cumplirá su promesa de dejarlo ir?

—Sonic...

—Solo déjenme solo, por favor.

Sonic entró a su habitación y se encerró. Empezó a llorar otra vez.

No podía soportar eso.

Se acercó a la ventana y observo el cobertizo. Estaba pensando en como irse sin que su padre los note. Tenía a muchos hombres en el patio y sería difícil escapar con Shadow herido.

Luego miró la flor, empezó a darle agua para que no muriera de sed.

Quiso planear un plan para escapar, pero parecía que no podría, se sentía frustrado por la situación de no poder hacer nada.

Que Shadow este a su lado era más que peligroso para él, no podía cumplirle el deseo de escapar juntos y vivir felices.

Talvez sus hermanos tenían razón, talvez lo mejor era...

...dejarlo ir.

JARDÍN DE FLORES •SONADOW•Where stories live. Discover now