1 | ʟɪɢʜᴛꜱ,

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Deslizaba su mano por toda la extensión, comenzando con movimientos lentos, simultáneos a las embestidas que se propinaba el misterioso chico que podía ver a través de su pantalla.

Una. Dos. Tres estocadas, cada una más profunda que la otra, cada una acompañada de más gemidos: de esos dulces que lo excitaban con fervor. A Luzu le gustaba ponerse los audífonos para escucharlos justo en su oído, cómo disfrutaba la delicia de esa vocecita jadeando. Se sentía tan bien admirando el atractivo cuerpo del muchacho e imaginando que podía atrapar su cintura entre sus manos, meneándolo encima de su miembro.

A decir verdad, no sabía muy bien cómo había llegado a esa situación, pero ahora, cada semana esperaba con ganas a que fuera jueves por la noche, siempre a las nueve con cuarenta y cinco; era bastante puntual cuando se trataba de encender su computador para autosatisfacer su apetito sexual.

Los streams que hacía el joven eran como una droga, todavía recordaba la primera vez que había visitado la página: ni siquiera tenía idea de qué era lo que buscaba en aquel lugar, pero cuando se encontró con la miniatura de un presunto pelinegro de piel lechosa bañada en lunarcitos apenas distinguibles, no dudó en dar click sobre el título "Noiret boy's patterns controls his dildo | Quackity" apenas tuvo la oportunidad de ver unos minutos, pero quedó cautivado por la energía y sensualidad del tal "Quackity", así que después de ese día, no quiso perderse la oportunidad de apreciar esos shows.

Pero nunca se quedó hasta el final de alguno.

Su trabajo como profesor era importante, y se exigía bastante a sí mismo. Debía cumplir con la minuciosa revisión de los trabajos que pedía a sus alumnos, de forma que cada uno recibiera la retroalimentación necesaria para mejorar en la materia, después de todo, no era una carrera sencilla a la que se habían sometido aquellas "pobres almas", como suele llamarles.

No se había dado cuenta de la hora, se hundía en el placer que se otorgaba con su propia mano, realizando un constante vaivén entre los fluidos que escurrían desde la punta. Su cuerpo temblaba y solo podía morder su labio inferior en un intento de callar los gruñidos que rogaban por escapar de su garganta.

Estaba por terminar.

Lo sabía, pues la presión, junto a ese dolorcito que aliviaba con la fricción, le indicaban que pronto estaría listo para liberarse. Solo faltaba un poco. Con los ojos entrecerrados logró ver eso que proyectaba la cámara. Dios, los nervios en su estómago se elevaron cuando lo vio levantar (solo un poco) la máscara que cubría su rostro para mostrar sus labios: rosados y suaves. Pasó su lengua por el superior para después morder el contrario y, joder, no pudo evitar imaginar esa boquita succionando la punta de su pene. Teniendo esa escena bien plantada en su mente, terminó. Su respiración era pesada, el pecho se le elevaba frenéticamente, y su vista reposaba sobre el chico que se despedía de su depravada audiencia.

Thank you very much, my duckies, for being in this live! —le escuchó agradecer con esa voz cansada y sexy. No supo en qué momento había pasado tanto tiempo, pero cómo lo había disfrutado. —See you next time, and if you miss me, don't forget to DM me and I'll send you affordable prices so you can receive "special" content. —Un momento, ¿contenido especial? Luzu no sabía que el pelinegro ofrecía esa clase de servicios, aunque la realidad es que ni siquiera lo había revisado. —Bye! —se despidió, alargando el último sonido, dejando al de ojos colorados intentando controlar su aliento. Mientras la cortinilla de salida sonaba gradualmente, el pecho del profesor subía y bajaba a un ritmo acompasado que le permitía relajarse, desacelerando los latidos de su corazón.

Stream: ON | Luckity AUWhere stories live. Discover now