Esa reacción infantil bastó para enfurecer al pelirrojo que levantándose del suelo solo se aferró a su decisión, fijando su mirada en él lo maldecía. Muy a pesar de que estaba frente a uno de los magos más poderosos del mundo, no le temía, y es que al inicio de su relación dejaron claro que ni la magia o status serían parte de su romance, serían solo ellos mismos disfrutando la dicha de este enamoramiento.

—¡Malleus Draconia, estoy haciendo mi esfuerzo, si no aprecias eso, esto no tiene sentido!

—¡No puedes solo irte!

—¡Si puedo, y lo haré! —Dijo Riddle con enojo, amaba sinceramente a Malleus y le dolía esta separación, pero también se amaba el mismo. Su sueño no se limitaba en ser la pareja de un futuro Rey, y si lo sería como ya se había ilusionado al formalizar su relación, anhelaba convertirse en alguien digno para gobernar a su lado.

—¡Si te vas ahora... Olvídate de mi! —Le advirtió Malleus en el calor del momento, más en su afán de retenerlo por esa amenaza solo hizo que Riddle  se marchara, sin decir más, sin decir adiós.

~Fin del recuerdo~

Nunca antes se habían hablado de esa manera, a veces discutían como cualquier pareja pero no de la forma como en esa última pelea. Desde ese día no volvieron a hablarse, a pesar de extrañarse cada uno en su obstinación esperaba que el otro diera iniciativa a una reconciliación, algo que aparentemente no pasaría. Un par de semanas pasaron, Riddle trataba de mantener la mente ocupada con su nuevo trabajo mientras lidiaba con su corazón roto y se resignaba a dar por perdido ese caprichoso primer amor. Sin embargo, todos sus planes dieron un tremendo y sorpresivo giro al recibir los resultados de sus pruebas de sangre, aquellos que le confirmaban un embarazo.


Palidecido casi al borde del colapso recibió la noticia, una que definitivamente no esperaba, se suponía que tuvo las precauciones debidas en cada encuentro sexual con Malleus, por el mismo motivo que formar una familia no estaba en sus planes todavía. Se enfureció consigo mismo por tal descuido, también quiso mostrar su frustración a la otra parte responsable en la concepción de esta nueva vida pero se contuvo, lo que menos necesitaba ahora era dar motivo para un acercamiento y que ello le obligara a quedarse a su lado.

Riddle decidió callar, si Malleus se enteraba en algún momento no sería de su boca, así que ganó el orgullo sobre el amor al tomar la firme decisión de no contarle. Las semanas transcurrieron, siendo médico mágico tomó todas las medidas adecuadas para llevar control de su embarazo, en especial si este bebé crecía con leve magia ya despierta. Por otra parte, Malleus desde su ruptura no volvió a ser el mismo, deprimido pensaba en lo que había perdido, se enojaba por no poder hacer nada al respecto por que a pesar de sentirse arrepentido a la vez temía al rechazo del que fue su novio, y así perderlo para siempre.

—Ahh Malleus, ¿cuánto más vas a seguir así? Lloriqueando y lloriqueando. —Decía Lilia con tono cansino al verlo casí desfallecido con la cabeza sobre su escritorio.

—No estoy llorando.

—Por qué no sólo vas a buscarlo y le pides perdón. Llevo meses diciéndote eso y no haces caso ¿Tanto te puede el orgullo?

—No es orgullo, es miedo a ser rechazado.

—Oh, Riddle no parece un chico rencoroso, no tanto al menos. Me decepcionas, nunca pensé que fueras tan cobarde.

—¿A quién le llamas cobarde?

—Kufufu, lo siento. —Con una sonrisa se disculpaba mientras acariciaba su cabeza— Ya sé, voy a visitarlo y veo cómo está. ¿Qué te parece?

La magia del Mpreg en Twisted WonderlandWhere stories live. Discover now