20.0

31 6 0
                                    

CHARLOTTE.

Me bajé del  bus y miré hacia el horizonte. Frente a mí había una casa igual de grande que la de los Hill . De ella salía música rock  y muchos chicos caminando como ebrios.
No había nadie recibiendo en la entrada. Pasé al interior y enseguida me arrepentí : había un frío insoportable.

¿ Como Max terminó aquí?

Todos al unísono dejaron de hacer lo que hacían y me miraron.Reinaba el silencio.
Parecían estatuas mirándome.Todos eran pálidos como la luna con ojos brillantes y belleza inmortal.

¿Eran....?

El sonido de pisadas bajando las escaleras me hizo mirar hacia allí, y la persona que vi es demasiado familiar para mí.

Isaac.

Tenía un traje que le quedaba demasiado bien.

—Hola Charlotte —me saludó.

—¿Donde está Max? —pregunté sin rodeos

—Wow, me sorprendes, tu siempre preocupada por los débiles. Aún me pregunto cómo llegaste aquí, tengo curiosidad por saber que hará tu madre si se entera que andas con los mortales como si fueras una de ellos.

—Solo dime donde está Max —le pedí—no te haré nada, me iré .

—¿Charlie? —dijo el aludido, estaba en las escaleras mirando todo. Tenía sombras negras debajo de los ojos, lucía cansado y débil.

Sin pensarlo dos veces utilizando mi velocidad de vampiro llegué hasta él y agarré su mano. Al notar lo que había hecho abrió los ojos como platos y se desmayó.

Le eché una ojeada a los vampiros en el Salón  y  a Isaac,este último negó levemente con la cabeza pero no me importó,cargué a Max en mis brazos y me fuí de ahí.

ALICE.

Bostecé cansada. Guardé mis materiales de trabajo en las gavetas de mi escritorio y salí de la Oficina. Wendy estaba en el pasillo.

—Wen ¿has visto a Joseph?

—Sí señora, hace unas horas se fué con una maleta, no me dijo a donde iba, eso sí, estaba muy extraño.

—Gracias.

Entré a su despacho. Todo parecía normal. Busqué en su escritorio la agenda de los contactos. Mi intención era llamar a su Oficina en el bufete para saber dónde estaba.
Tres timbres  y la voz de una mujer me recibió.

—Buenas tardes, usted acaba de llamar a la Oficina de el abogado Joseph Hill ¿Qué desea?

La mujer era Ana;la secretaria de Joseph.

—Hola Ana, soy Alice.

—Señora Alice ¿ como está? —preguntó amable

—Bien—hice una pausa pequeña—oye ¿Joseph tenía alguna reunión programada para hoy, o algún viaje de negocio?

—No ¿Por qué?

—Es que salió hace horas con una maleta.

—No sé nada de eso señora —su respuesta me hizo sentir fatal —¿quiere que le llame?

—Sí, después me hablas.

—Ok, ahora mismo lo haré.

Ana colgó. De repente me dolía la cabeza. Necesitaba una pastilla.

Abrí la puerta de mi cuarto y fuí directamente al clóset, lugar donde tenía mis frascos de medicamentos.Abrí el clóset y las lágrimas  no tardaron en aparecer al ver su parte vacía.
Mi móvil sonó en ese momento. Era Ana.

—Alice, el señor Joseph tiene el móvil apagado.

—Ana, Joseph se acaba de ir de la casa —dije en un susurro.

La Suplente _1(HM#1)♡Where stories live. Discover now