ᴸᵒ ⁱⁿᵉᵛⁱᵗᵃᵇˡᵉ - [ChenWei]

十一 : Adiós, Chen Yu.

La tensión se podía sentir.

Yang Yi solo me miraba serio, igual que el resto de los policías, porque seguramente pensó que pudieron haberme matado y no sabría como explicarle esto a su hermana; además de que se suponía que yo no debía estar aquí tan pronto y de civil. Casi todos salieron de la habitación, yo intente aguantar el dolor por los golpes que me dieron.

El capitán volvió poco después diciendo que debíamos irnos todos, pero no a la estación; como fui señalado por uno de los sospechosos iríamos a mi casa. El viaje hasta la cafetería fue tenso, y silencioso, ya que no dije ni una palabra. Tuve que quedarme junto al capitán Liu mientras registraban todo, encontrando solo dos pastillas escondidas entre mis cosas.

Esos malditos se las habían ingeniado para meterlas aquí.

El padre de Ling vino para saber que ocurría, encontrándose con varios policías registrando todo de arriba a abajo, mientras yo le explicaba todo al capitán Liu. No recibí las mejores palabras de su parte. No dije nada para defenderme, solo disculpándome por todo esto.

Fui llevado de nuevo a la estación, donde el capitán me hizo preguntas y comenzó a decirme que no desconfiaba de mí, pero que debía ser sincero y decirle todo. Me mantuve en silencio mientras él me gritaba, ya que se entero que había entrado a un edificio sin autorización y sin decirle a nadie; me mantuve callado aun cuando me pregunto en que estaba pensando.

Cuando finalmente lo mire, solo dije: – Capitán Liu, es mi culpa.

El capitán me pregunto si obedecer las reglas era difícil para mí, a lo que solo me quede callado unos segundos. Sabía que lo que había hecho era impulsivo, lo reconozco. Estaba demasiado metido en este caso, quería llegar hasta el final y resolverlo. – Voy a asumir toda la responsabilidad.

El capitán se quedo allí viéndome, solo diciéndome minutos después que fuera a un hospital por mis golpes. Me levante como pude agradeciéndole al capitán, y camine a la salida. Yang Yi me estaba esperando, indicándome que él me llevaría. Me negué, ya suficientes problemas tenía como para aguantar también el discurso de Yang Yi de nuevo.

Él me siguió, reprendiéndome por no haberle avisado, en mi camino a mi auto. Como puse me senté detrás del volante, dejando la voz de Yang Yi fuera. Él seguía hablando incluso cuando arranque y salí despacio, sosteniéndome el estomago. Tuve que parar dos veces por el intenso dolor.

Llegue al hospital y solo pude dirigirme rápidamente a emergencias.

Regresaba a casa, estaba un poco adolorido por la paliza que me habían dado. Había logrado encontrar pistas importantes al menos, intentaron incriminarme, pero no había suficiente evidencia en mi contra y el capitán confía en mí. Por ayudar a una colega fui golpeado, los criminales no tuvieron ninguna clase de piedad.