- ¿A dónde me llevas? -Alicia observa la mano de su vecino junta con la suya y eso la hace sentirse incómoda, y más cuando apenas había tenido sexo con Alejandro.

-  A un lugar que he visto hace un rato, quería mostrártelo, pero te has perdido por un buen tiempo.

-  ¿Qué lugar es ese?

Ellos pasan por un corredor alargado hasta que salen a la intemperie, era como otro salón donde las mesas estaban cubiertas por sábanas, parecía en remodelación.

-  ¿Esto me querías mostrar?

-  No seas tonta, es esto...

Y es cuando Marcos le muestra una hermosa fuente con una enorme estatua de sirena en medio de la misma. Aquella fuente brillaba mucho, cientos de vidrios cortados cuidadosamente estaban incrustados en la construcción dándole un aspecto elegante y hermoso.

-  ¡Es muy hermosa!

-  Por eso quise que la vieras...

-  Gracias, es muy linda.

-  Ahora que estamos solos, creo que será bueno que hablemos sobre algo importante.

La sonrisa de Alicia se apaga y su mirada se frunce al escuchar esas palabras tan serias, la rubia se da la vuelta para ver a Marcos.

-  ¿De qué hablas?

-  Se lo que estás haciendo, Alicia -el rubio se cruza de brazos y se mantiene muy serio.

-  No sé qué me estás diciendo.

-  No te hagas la idiota, porque sabes muy bien lo que haces. Y esta misma noche lo has hecho, pensé que estaba alucinando, pero hoy he descubierto que no es así.

El corazón de Alicia comenzó a latir con mucha fuerza, ¿acaso estaba descubierta?

-  Yo no...

-  Eres una maldita puta, una zorra que se revuelca con el jefe de su padre. ¿Crees que no te vi cuando te encerró en ese almacén? Estuvieron un buen rato allí encerrados, y las visitas en tu casa, en la universidad... y toda esa mierda que me dijiste era mentira.

-  No, espera, por favor -Alicia da un paso hacia él, pero el chico retrocede

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-  No, espera, por favor -Alicia da un paso hacia él, pero el chico retrocede.

-  No me creas tan idiota, créeme, tu papel de víctima no va conmigo.

La obsesión del CEOWhere stories live. Discover now