- ¿Y eso qué tiene de malo? ¡Somos amigos!

- ¿Amigos? -le dice él entre dientes

- ¿Crees que él te mira como una amiga?

Alicia aplana los labios, para ser un hombre que no le interesa mantener una relación seria con nadie la celaba mucho. No lo entendía por esa parte, no debería de estar armándole esas escenas de celos si lo de ellos dos solo
era sexo.

- Creo que tu reclamo está de más -Alejandro la ve cruzarse de brazos, lo cual lo enfurece.

- ¿Eso crees?

- Sí, eso creo... hasta donde te vi, tú coqueteabas con la empleada de servicio con la que seguramente ya has tenido sexo anteriormente. Así que, si tú puedes tener tus aventuras, yo puedo tener amigos. Por lo tanto, este reclamo tuyo me parece que sobra en esta conversación.

Iba a romper todos sus dientes de la presión que estaba ejerciendo con su mandíbula. Ella creía que tenía el derecho de tener "amigos" e incluso salir con ellos mientras que ellos tenían un trato por un mes.

- ¿Así que pretendes salir con chicos durante este mes?

- Y cuando se termine el mes también...-Alicia pasa a un lado de él como si nada, aparentaba estar muy segura de sí, pero por dentro parecía de gelatina al enfrentar a ese hombre de esa manera.

Alejandro se queda con la boca semi abierta al escuchar su respuesta, luego aplana los labios y termina por afinar la mirada, en ese momento sus ojos se volvieron brillosos y peligrosos.

Los engranajes de su cerebro comenzaron a trabajar a gran velocidad y es cuando gira su cuerpo para verla alejarse.

- Si le aceptas la salida a ese chico o a cualquier otro durante el tiempo que nosotros nos estemos viendo le contaré absolutamente todo a tu padre.

Alicia se detiene abruptamente sintiendo que su corazón se le iba a salir del pecho.

- No puedes -susurra.

- Puedo -Alejandro pasa a un lado de ella dirigiéndose hasta la habitación, ella lo ve y también lo sigue.

- No me puedes hacer eso, quedamos en que mi padre no se enteraría de nada.

- Y no lo hará, solo si tú accedes a lo que te pido -le dice para luego tomar su ropa y empezar a vestirse.

- ¿Me estás chantajeando?

- Sí, lo estoy haciendo...

Alejandro se da la vuelta justo cuando se sube el pantalón, mantenía una sonrisa maliciosa en los labios que enfurecía a Alicia.

- Yo no pierdo nada si tu padre se entera de lo nuestro, en cambio tú sí... tu padre sabrá que su "niña" se me vendió por dinero... sabrá que yo te desfloré y te hice una mujer de verdad.

 sabrá que yo te desfloré y te hice una mujer de verdad

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La obsesión del CEOWhere stories live. Discover now