1.- El CEO lujurioso e implacable

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Empezó a mover su verga dentro de ella con un poco de paciencia. La pelicastaña estaba tan estrecha que sus paredes anales apretaban su pene con fuerza que le encantaba. Cierra los ojos y entreabre los labios al sentir próxima la eyaculación.

Para ese entonces, la joven ya no decía nada, y sospechaba que lo estaba disfrutando tanto como él.

El varón baja la mirada y percibe como ella empieza a mover esas caderas de a poco.

Una sonrisa morbosa se asomó en los labios de Alejandro, sabía que esa mujer lo iba a disfrutar. El CEO lleva su mano libre hacia el coño de la pelicastaño para empezar a masturbar su clítoris.

La vagina de esa mujer estaba tan mojada, sus fluidos salían a montones de su cavidad lo que le permitía mejor lubricación, la masturbaba mientras que seguía dentro de su culo penetrándola suavemente.

Alejandro se inclinó hacia su espalda y con ello logró morder la piel sudada de la mujer.

Ella dio un respingo y fue cuando él acabo dentro del culo de la pelicastaño soltando un ronco gemido desde lo más profundo de su garganta.

El hombre reposa su frente en la espalda de ella para luego sacar su pene de ese culo con sumo cuidado de no romper el condón.

Luego se aleja de ella y se encamina hasta el cuarto del baño.

Al cabo de unos minutos sale y encuentra a la pelicastaño sentada en la cama poniéndose su ropa. Él mira sus pequeños senos, pero caderas anchas y siente que vuelve a calentarse. Pero sabe que no puede continuar ya que debe regresar a la oficina.

- Termina lo que tienes que hacer en casa y luego cierras, le dices al chófer que te lleve a donde quieras.

- Sí, señor Sangenis.

El ojiazul se vistió y luego abandonó la casa, cada vez que esa pelicastaño iba a su casa a limpiar él follaba con ella. Ya era una costumbre que tenía, pero ese día al fin la había convencido de coger por el culo.

Y valió la pena todo ese mes que tuvo que dedicarle para que ella cediera de una vez por todas, follar con ella por el culo fue lo mejor. Aun podía sentir lo estrecho de ese culito apretando su verga con fuerza.

Es que de solo recordarlo le provocaba regresar a su casa y follarla de nuevo, pero mira la hora en su reloj y decide que debe irse.

Se sube al coche y lo pone en marcha.

Se sube al coche y lo pone en marcha

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[...]

Alejandro Sangenis baja de su coche deportivo ingresando por la puerta principal de su empresa, era una prestigiosa firma de bienes y raíces de la Ciudad de México y él era un playboy millonario muy codiciado por las mujeres.

La obsesión del CEODonde viven las historias. Descúbrelo ahora