Pregúntame, Harry

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A la mañana siguiente, Harry se despertó de un largo sueño. Un sueño placentero e inquietante al mismo tiempo. Se talló el rostro, aturdido con las imagenes que todavia circulaban en su mente una y otra vez. Sus dedos se detuvieron en su boca y sintió cosquillas eléctricas con el roce. 

¿Estaba enfermo por soñar que besaba a su mejor amiga y que ese abrazo no terminase nunca? 

Sacudió la cabeza. Si, definitivamente estaba enfermo. Aunque a decir verdad, no era la primera vez. Aquel cuestionario lo había trastocado más de la cuenta. Eso y la tormenta en el entreno de quidditch. Necesitaba una ducha, un buen desayuno con un café bien cargado y todo volveria a la normalidad. 

Cuando ya estaba vestido, ni se lo pensó para ir al cuarto de las chicas. Tocó a la puerta. 

- Buenos dias, Mione. Despiértate, marmota. Necesito comer y tenemos que terminar ese cuestionario del infierno 

- Ya voy, dame unos minutos -le contesto la voz amortiguada del interior. 

Esperó pacientemente en el sofá de la sala común y poco después, apareció la castaña. 

- ¿Lista para ver si realmente me conoces tan bien? 

- Espero que entiendas que vas a perder -le sonrió ella. Parecia comportarse igual que siempre y le dio envidia porque él estaba de los nervios. 

- Vamos a desayunar primero. 

Y eso hicieron, encaminándose al Gran Comedor y buscando asiento en la mesa de Gryffindor. 

- ¿Qué es eso de que no vas a venir? -le recriminó Ron. Habian quedado aquel dia para ir al lago a disfrutar del sol. 

- El clima no acompaña, hay muchas nubes oscuras en el cielo. Tengo deberes atrasados asi que considero que es mejor quedarme -reflexionó Harry- además, deberias darme las gracias. Podrás estar mas tiempo con Luna, ya me entiendes

Ron farfulló algo grosero entre dientes y el grupo se echó a reír. El desayuno pasó sin problemas, entre manjar y manjar y cuando el alumnado se fue dispersando, Harry y Hermione aprovecharon para volver a la Sala Común y disfrutar de la compañia anterior. Se acomodaron en el sofá de igual forma que la noche anterior y, en esta ocasion, Harry tuvo posesión de la revista. 

- ¿Está lista, señorita Granger? -la retó con la mirada. 

- Eso no se pregunta. Sin piedad, vamos 

- Bien, ¿cuándo fue la última vez que estuve realmente enfadado? 

- Fácil y doloroso al mismo tiempo. Cuando Voldemort usó el Cruciatus contra mi. Creo que nunca te habia de esa forma, tan aterrador, la magia fluyendo con tanta fuerza debido a tu ira... -de pensarlo, los escalofríos y esa sensacion de miedo erizaban su piel. 

- Si... no me siento orgulloso pero es que fue... -apretó la mandibula- dudo que vuelva a enfadarme tanto como en esa ocasión. La sola idea de perderte... 

- Estoy aqui, Harry -ahuecó su hombro con la mano y lo oprimió con cariño, llamando su atencion para que se calmase- eso ya pasó. 

- Tienes razón -le sonrió- aprobada entonces. ¿Cuál es mi mayor miedo?

- No tener una familia -respondió suavemente

- Vuelves a tener razón. Buen comienzo, Granger. A ver si mantienes la racha. ¿Enamorarme o los estudios?

- Enamorarte. Va muy en linea a tu deseo de construir una familia. Nunca fuiste muy dado a los estudios 

- ¿Mi clima favorito? 

Un Test para Mejores AmigosWhere stories live. Discover now