Sacó el lanzacohetes de la cajuela, oyendo como los alertan y quieren llevarlos lejos de mí alcance, lo cual no les sirve de mucho al ver como su aberración es lanzada por los aires y estrellada al muro por la fuerza que la explosión le dió.

No se atreven a darme la cara y yo para juegos no estoy.

Sabían muy bien que nada me detendría si salía con vida de ese lugar, pero se empeñaron en querer lo mío y eso es el efecto que tiene el solo desearlo.

La tanda de disparos inicia, siendo la perra de Liliam la que se le sale de las manos al cornudo esposo que tiene. Con una puntería peor de la que Kilian podría tener a su edad y sin entrenamiento absoluto.

__ ¡Liliam, sal de ahí! - la temblorosa mujer no tiene tiempo de nada cuando es Sofía quien le estampa un culatazo en la cara, mandándola al suelo.

__ Un gusto verte, suegra.

Me trago el sinsabor de esa palabra. Detesto que sus juegos me afecten como no debería, pero es algo incontrolable que me jode el solo saber que existe, por ello, no me esmeró en ver cómo del pelo la arrastra hacia adentro, mientras los tiradores son derribados a medida que entramos.

Cambio el cartucho, encontrando a Abraham corriendo por un extremo. No vale ni el esfuerzo, mis propiedades son conocidas por mí más que por cualquiera, por ello acorto el camino, yendo al mismo sitio donde él.

Alguien me ataja y solo ver la estrategia absurda que implementa me da pereza. De un balazo lo dejo tendido en su mierda, para ir por el vejete que sube al helicóptero que inicia su vuelo solo con él y el piloto abordo.

No me cuesta más que la mitad de mi cargador devolverlo al suelo con el piloto hecho picadillo.

Corre por la otra puerta deslizable.

__ Ni para correr sirves, Myers. - le hablo y apresura el paso. Le vale nada al ser atravesado por una bala en su rodilla izquierda. - Bienaventurados los malditos porque de ellos es el reino del infierno. Maldecidos los traidores porque con ellos creamos los cimientos.

Cae enmedio de gritos cuando le rompió la otra rodilla.

Se arrastra y me deleito con su cara de terror al verme yendo hacia a él.

__ Llévate todo lo que quieras.

__ Lo haré. También me llevaré tu vida, sabandija insípida. - entierro otra bala en sus genitales. - Eso me lo debías por haber deseado a mi mujer, hijo de puta.

Súplica enmedio del llanto, pero la lástima no se hizo para mí y no pienso practicar algo que no me interesa conocer.

__ Ese por tocarla. - suelto el siguiente. - Y esto, por haber tocado a mi hijo.

Rompo sus nudillos con las dos balas que le dejan un agujero en cada mano.

Tocar lo mío nunca es buena idea. Nací con rencor incluido y ellos no hicieron más que agrandar eso.

__ No le hice nada. - llora el viejo.

__ Ese mismo nada te haré a tí. - las garras de mis anillos salen cuando extiendo la mano, incrustándose en la parte trasera del cuello.

Lo arrastro, junto a Sofía que tiene a la idiota de la esposa que sigue llorandole a un hijo que ni podrirse dejé.

__ Un matrimonio feliz al menos en la muerte. - lo lanzo al suelo, a los pies de la mujer que llora más.

__ Maldita tu y maldito tu engendro asqueroso. - levanto mi mano hacia la idiota que se cree valiente, pero Sofía se interpone, poniendo la mano en el cañón.

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