—Porque tú no aceptaste lo que nosotros planeamos para ti, era simple, tú despertabas la maldición y ya estaba, nosotros seguíamos felices con nuestras vidas y la tríada de los universos se mantenía intacta. —empieza a alterarse y yo a sentir el dolor de sus palabras.

—¿No era igual de libre que ellas? Era mi vida, yo elegía como seguirla.

—¡Es una vida que yo te di! Yo te di a luz, me debes eso, el sacrificio de cada noche sin dormir, de cada llanto, me lo debes todo. Pero tú no eres agradecida, solo tenías que morir, tu vida, a cambio de la de mis hijas, habrías compensado tu existencia. ¿No puedes?

—Yo no te debo nada, mi amor y respeto por ti debió ser suficiente para compensar los malos ratos, lamento que tuvieras que sacrificarte, por algo que de nuevo yo no pedí.

—Es que yo no quería hacerlo por ti, no te elegí a ti, elegí a mis hijas, tú solo eres un error, los errores se reparan y yo lo haré cuando por fin acabé contigo, no habrá reinicios ni nuevas oportunidades, te encontraras con el final que ya escribí para ti.

—Tus intentos no habían salido tan bien hasta ahora —ya tengo lo que quería, y como solo vine a escuchar la verdad para usarla, continuo con lo importante. —Hacer que Itzan me traicionara fue una buena estrategia. —me recuesto en el marco de la entrada.

—Hiciste una mala elección de esposo, solo fue eso.

Mi padre igual.

—Previenes con tu manipulación que mi poder se extienda, para impedir ¿qué cosa? — hago una pausa dramática —Ah, sí, que llegué al trono estelar y que acepte el verdadero destino que me corresponde, porque creo que tu "error" es el ser más poderoso de los universos y esos le quieren el trono, aunque te desgastes en impedirlo.

—Tú no llegarás al trono estelar —Afirma como si fuese verdad absoluta, molesta porque lo recordara —. Solo eres una niñita, cuya memoria ha sido borrada tantas veces que ya no puede confiar en lo que le pasa por la mente.

—¿Segura? —pregunto sonriendo —Porque yo recuerdo muy bien el cómo me hiciste escribir esa promesa, la promesa de dos, cuatro, ocho y doce. Dos Kraljevi máximums, cuatro Zaštitnici máximum, ocho guardianes máximum y doce esencias puras —enumero con mis dedos lo que ella estaba segura, nunca recordaría.

Hui de la guerra que yo misma escribí, una en la que existen dos posibles finales. En uno yo mato a mis hermanas y toda la maldición de la tríada se desata para que las dos víctimas tengan derecho a ser liberadas y tengan una vida feliz. En el otro, yo mantengo las promesas y las cumplo a cabalidad, entre las promesas, está el respetar la vida de mis atacantes y superar con gran regocijo a mi mayor enemigo para llegar al trono. Son dos finales y condicionantes que están escritos, pero como en este universo el tres es una cifra dorada y a mí me gusta combinar todo con el color de mi cabello.

No hay vuelta atrás.

—El punto clave es que condicionaste a que las doce esencias puras, sean hijos de entes puros de extensión, por eso buscaste destruir mi unificación, sabías que, si tuviera hijos con él, estos serían puros, serían la extensión de mi poder con conexión a uno de los linajes de la tríada.

—Arreglaré esta pantalla —menciono activando la transmisión de magia a ella —porque voy a tomar el trono estelar, ya que es de la Magia y yo soy Magia. En cuanto a tus limitantes, ya no son barrera para mí, porque tú los rompiste primero, al manipular a mi esposo. La realidad es que tenía tanto miedo de traicionarte y herirte, ya me di cuenta de que no tenía que ser así, porque tú tienes claro lo que quieres y ahora sé que esto, que tú me has negado tanto, que has tratado de ocultar, porque no soportas la idea de que yo lo tenga, es lo que me pertenece.

—No eres capaz, criaste el hijo de tu hermana y lloraste horas sintiéndote mal por la sola idea de que llegara el momento de contarle todo. Adoptaste a los hijos de tu enemiga y luego los entregaste a su tío porque no te consideraste digna de ellos, ¿en serio crees que puedes soportar el unificarte a las tríadas y darles doce esencias de poder puras? Eres demasiado débil para eso, y aunque lo hicieras la culpa te consumirá.

—Te equivocas en algo, no soy débil y sabía que no sería una decisión fácil. Que tal vez pasaré días sintiéndome culpable y entonces la diferencia estará en que aceptaré mi culpa y la enfrentaré yo, no dejaré que mis hijos carguen con ella. Como tú, que me cargaste tus errores y pretendes que me encargue de tu culpa. Está bien, no se puede esperar que todas las mujeres Snage sean maduras, pero tendrás que ver algo, verás que esta Snage le dará a Inoriginada reyes y reinas dignas de una corona y por encima de ellos me sentaré yo, en el trono que tú solo puedes desear.

Cierro el discurso que deja en claro mis planes y que la guerra, que ella empezó y de la que me ha querido convencer ser la culpable, aunque no me corresponda, seré yo quien la cierre. Porque algunos, no aceptamos el final horrible o la variante propuesta, hacemos uno nuevo.

—Te presento a sus altezas reales, los trillizos y príncipes estelares. Ilaí, Isaac e Itzan —le transmito la imagen en la pared que funciona como pantalla, para que luego voltee a verlos cara a cara, cuando ellos entran con la seguridad nata y el emanar que doblega.

—Drago mi je bako —pronuncian a la vez, con perfecto acento de nuestra lengua inoriginada, la lengua de los dragones.

Un placer conocerla, abuela.

¿FIN? 




Este parte del libro lleva años escritas, creí que nunca llegaría a verla aquí, publicada. Normalmente amo ver una historia por completa, saber que hubo más, quedar con la sensación de que el protagonista llego a la meta y un poco más. Espero que que hayan visto eso en Alice, fuera de todo lo que nos enseña esa rubita y que bueno, ahora nos deja saber que se viene la guerra. Ni siquiera yo estoy lista para ver eso, pero me gozare el camino. 

Gracias por llegar hasta aquí y espero que sigas queriendo ver más de Eternidad, porque el camino aun le queda trecho. 

Hasta pronto, un gran abrazo —Éter

Hasta pronto, un gran abrazo —Éter

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Eternidad es ÉpicaWhere stories live. Discover now