𓇊Capítulo 28𓇊

22 1 4
                                    

Día 2 del ciclo 1, cicloavo 111 Trm

Planeta de Straight

Se dice por Eternidad que algo grande está pasando, algo ha cambiado y no hay forma que algún ser deje de sentirlo. Desde el mundo interno de Alice el cambio se siente más fuerte.

—Va a matarnos, el flujo de su magia se hace cada vez más fuerte y nosotras seguimos aquí —discute Alía mirando el frente de su límite —Aliana ¿Qué vamos a hacer?

—Dejar de quejarse sería un buen inicio, es obvio que su magia debe aumentar, ¿de qué otra forma esperas que recuerde todo?

—No lo sé, después de todo esta no es la forma en que debía pasar todo. Quiero matar al imbécil que arruino el plan. —continúa Alía con sus fuertes instintos caóticos.

Algo gracioso y significativo de la conversación es que sus labios se curvan en sonrisas que Valentia no puede ver y puede que sea otra de las cosas que el alter de conciencia esté ignorando de todo lo que ha pasado mientras su portadora pierde conciencia.

Alice

¿Qué se supone que es la inmortalidad de una cambiante, cuando he visto cómo esta se esfuma al mínimo contacto con un líquido como mi sangre? Nuestra existencia tiene la característica de ser duradera, nuestros niños no mueren por simples caídas, nuestros guerreros no son asesinados por simples espaldas y nuestros reyes pueden mantenerse en el trono mientras que sus herederos crecen en paz. Aun así, desde que soy consciente del arma mortal que llevo en mi circuito mágico, la inmortalidad es un aspecto inferior a mí.

Mientras que rodeo los dos árboles que escogí, el silencio del valle se transforma dentro de mi mente en una melodía de venganza, con la mano izquierda reduzco los árboles a ceniza y con la derecha los transformo en altares de adorno.

Mi soledad es acompañada de la única persona que le afecta esto tanto como a mí.

—¿Matarás a quienes lo hicieron? —Yaromer rompe el silencio mientras los altares se consumen a lo lejos del lago.

—Ninguno de ellos vivirá para burlarse —juro abrazándolo.

*******

Para ironía de Straight como reino de justicia y orden, esta Ruly: La ciudad del desorden. Todo el lugar está lleno de diferentes clases de clubs, entre ellos mi favorito en toda la dimensión: Oscurium, es el único lugar que provee legalmente el veneno.

Una deliciosa sustancia que permite perder el control de la lógica natural y de nuevo irónicamente, nace de los seres más lógicos: cambiantes de plateado.

La guardia camuflada proveniente de la familia Straight me hace saber que no estoy perdida, el pequeño Alec está aquí; a su lado, una joven hermosa que, por el emanar incómodo de su ser, es obvio que no está acostumbrada a estos sitios.

—Los menores deberían estar acompañados de sus padres —hablo llamando la atención.

Sonríe incrédulo —O bien pueden estar acompañados de su hermana mayor —agrego, pidiendo una dosis de veneno para mí.

Alec se levanta, a mi cercanía su cabeza se recuesta entre mis hombros y el contacto con su cabello se va más allá de algo físico, encontrándome con sus sentimientos y la rabia que me despiertan las promesas de nuestra existencia por la injusta de vivir lo no deseado corroe mis huesos.

—Está bien —le hablo en susurro —vamos a estar bien, recuerda que solo es un proceso y la finalidad de esto ¿Cuál es? —le animo hablar, tomando su rostro

—Reinar —dice sencillo.

—Sí, es hora de que empiece el mandato de los máximums —declaro con la fuerza que no tengo. —pero que empiece desde mañana, porque hoy también quiero perder mis sentidos. —finalizó echando el líquido del frasquito en la copa y la alzo en brindis.

Eternidad es ÉpicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora