Capítulo 2

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¡PLAF!

-¡Uf!... -dice Keisuke.

Cuando caí en cuenta, vi que le había dado una bofetada a mi hermano. Keisuke posó su mano derecha en la mejilla, la cual estaba roja por la bofetada que le di.

-¡¿E-Estás loco?! -grité
-Aaa... Así que no puedes besar a cualquiera después de todo.
-¡¿Qué crees que estás haciendo?! ¡Nosotros somos hermanos! -grité más fuerte.
-¿Hermanos...? -dice sopesando la palabra- ¿De verdad has pensado de mí como tu hermano alguna vez?
-¿Qué...? -frunzo el ceño.

No estaba esperando esa pregunta, me descolocó por completo, así que no pude contestar.

Desde la primera vez que nos conocimos, hasta el día en que se fue a Nueva York, Keisuke siempre había sido una persona muy importante para mí. Pero eso era considerándolo como mi hermano.

-Bueno, si te molestó tanto el beso, a lo mejor tu corazón no está completamente podrido. Ahora me siento un poquito más aliviado. -dice con una sombra de sonrisa en los labios.

Riéndose por la nariz, como burlándose de mí, me dio la espalda y subió las escaleras.

-¡¿Q-Qué pretendes...?! ¿Qué es lo que quieres decir con todo eso...? -volví a gritar.

Al día siguiente, papá me pidió que limpiara su estudio. Pero con lo que había pasado el día anterior todavía en la cabeza, no podía concentrarme por más que lo intentara y vaya que intenté concentrarme.
¿Por qué hizo eso Keisuke...?

Cuando descansaba mi mano, la puerta de abrió de repente sin nadie haber tocado.

-¿Mm? ¿Ah, aquí estabas? -dice Keisuke.
-Keisuke... -logro murmurar.
-¿Qué es lo que haces aquí?
-Estoy limpiando. Papá me pidió que lo hiciera.
-¿A sí...? -dice indiferente.
-¿Y tú? ¿Tienes que hacer algo aquí?
-Quería disfrutar este olor que no había olido en tanto tiempo. -suspira- El olor de estos libros me da tanta nostalgia.

Y es verdad porque luego Keisuke miró nostálgico alrededor del estudio, y de pronto se puso muy triste.

-Pero no hay lugar más triste que un estudio que no ha sido visitado por su amo. Papá se estaba haciendo el muy valiente, pero se ve muy mal. -murmura.
-Si... -susurro y asiento con la cabeza de acuerdo porque es verdad.
-Esa es la razón por la que regresé antes de tiempo. Para hacerme cargo de la compañía, ya que papá no se puede mover.
-Ya veo.
-Pero papá no se alegró mucho.
-Bueno, estoy segura de que en el fondo está muy feliz. Él siempre habla de ti.
-Eso espero. Si me pide que vuelva a Nueva York no sé lo que voy a hacer -susurra realmente preocupado.

Diciendo eso, Keisuke abrió la puerta de vidrio del estante, y sacó un solo libro. Cuando estaba en la preparatoria siempre solía leer esa novela a escondidas de papá.

Está leyendo el libro igual que antes, pero algo se siente diferente... Se le veía tan bien leyendo ese libro encuadernado en cuero.

-Oye, ¿de verdad has pensado en mí como tu hermano alguna vez? -dice de repente.

¿P-Por qué me pregunta lo mismo de ayer, así tan de repente...? Cuando dijo eso cerró el libro en sus manos, haciendo un ruido muy alto.

-Pero no te preocupes por mí. Hablemos más sobre ti. ¿Por qué no te vas de esta casa? -añade al ver mi expresión.
-¿P-Por qué me preguntas eso?
-Esta casa nunca te gustó tanto desde el principio, ¿o no es así? Siempre te quejabas diciendo que el ambiente era muy opresivo.
-Bueno, si dije eso, pero...
-Y ya te graduaste de la universidad. ¿Por qué no te buscas algún trabajo y te vas a vivir sola, libremente?
-Pero papá...
-Si estás preocupada por papá, él estará bien aunque no estés aquí. Tenemos bastantes sirvientes aquí, y enfermeras que se hacen cargo de él.
-Pero... no puedo dejar a papá en manos ajenas y salir de la casa así de fácil.
-¿Y es que acaso tus mano no son ajenas? -me reprende.
-Oye... -susurro dolida.
-Yo no encuentro ningún problema con dejarlo al cuidado de profesionales. Porque no sé lo que le pasaría dejándolo con alguien que tiene una mala relación con él.

Amor prohibidoWhere stories live. Discover now