Capítulo 48

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— Tengo una duda.

— Dime.

— ¿Cómo te escabulliste de la boda?

— Oh, te vas a reír.

— Pruébalo...

— Al terminarse la ceremonia, felicité a Heila y Aldo. Lina me siguió y aproveché que ella hablaba con los recién casados para pedirle a Leo que mintiera, diciendo que no se sentía bien.

— ¡Qué!

— Le convencí de que tío tenía algo importante que hacer.

— ¡Eso es terrible! –reprochó con diversión– No juegues con la salud del niño, oye.

— Era eso, o quedarme toda la noche en la fiesta. Antes de la madrugada no podría zafarme, créeme.

— No, sí lo hago. Te creo.

— Además, mira esto.

Él sostuvo su móvil para mostrarle un mensaje de Richi. El rubio lo había escrito posteriormente de la partida de Lobo y ahora él ya podría responderle.

Richi: Arregla las cosas con Breen.

— Caray, no sabía que le agradara tanto –observó la chica.

Lobo la besó en su hombro, y permaneció allí, mirándola con ojos de gatito perdido bajo la lluvia.

— Pero me alegra ser la favorita del público –bromeó para voltear a verlo, notando que no se alejaba.

— ¿Me perdonas?

— Si no te hubiese perdonado ya, no estarías aquí.

— ¿Qué te parece si nos tomamos una foto? Para mandársela a Richi.

— ¿A Richi?

— Sí; para que vea que he cumplido –sonrió.

Ella posó para la foto besando la mandíbula de Lobo. Richi de inmediato vio el mensaje y les respondió con unos emojis de corazones. Al rato, decidieron ver una película.

— ¿Solo tienes Netflix? –indagó Lobo, en efecto notando que así era.

— Sí. Andrea lo ve mucho... y lo paga también.

— ¿Qué hay de Prime Video, HBO, Peacock y otros? Son mejores que Netflix.

— Yo no tengo idea, no veo mucho la televisión. ¿Tú qué? ¿Pagas todas esas suscripciones?

— Sí.

— ¿Y las utilizas?

— No mucho, la verdad.

— En tal caso, no deberías tirar el dinero.

— Supongo que no... ¿cuál película quieres ver?

— Elije tú.

— ¿Romance o acción?

— Acción.

— Busquemos... –murmuró él, en tanto pasaba película tras película.

Ella se interesó en memorizar su perfil concentrado; en disfrutar de la sensación placentera consecuente de volver a estar solo ellos dos. Cuando él hubo seleccionado una, giró en pos de ella.

— ¿Tienes vino?

— ¿Quieres vino? –cuestionó Breen sin comprender.

— Para acompañar la película. Dudo que tengas palomitas de maíz.

En la Trampa del Lobo (Completa) ✔Where stories live. Discover now