—Ah, te refieres a Azul teniendo sexo con Calamar luciérnaga senpai... ¿Eso te quita tanta energía? Vaya si que eres debilucho~.

Azul sonrojado se contenía de volver a lanzarse encima suyo, decidiendo sabiamente que era mejor solo ignorar sus tontos comentarios. Después de todo, no era secreto para sus dos "amigos" más cercanos que mantenía una ardiente relación con el excéntrico líder de Ignihyde desde hace un par de meses. Ese chico de tercer año que lo enamoró con su introvertida y extraña personalidad, atraído por su ingenio lo convirtió en su primer amor, ese amor juvenil de escuela que recordaría el resto de su vida porque estaba más que convencido que solo quedaría allí, en un amor pasajero que le daría la experiencia necesaria en su despertar sexual.

—Tal vez podamos ayudarte con la dieta. —Sugería Jade, aunque su rostro mostrara seriedad Azul podía intuir que  planeaba disfrutar el quitarle la comida de la boca.

—Si, si... No puedo subir de peso, no quiero volver a lo que era de niño y que todos se burlen de mi. Prefiero que me torturen ustedes con la dieta a ser burla de los idiotas de la escuela.

—Bien dicho Azul, con gusto te ayudaremos. —Con una extraña sonrisa Floyd afirmaba, Azul resignado dio un suspiro porque parecía no tener más opción— Pero...

—¿Pero? —Cuestionó malhumorado Azul.

—No deberías tener sexo por unos días, ¿verdad?. Para saber si es eso lo que provoca tu subida de peso.

—Si, Floyd tiene razón.

Azul resopló ante esa sugerencia, tal vez en su afán de molestarlo ellos podrían tenían razón y debía probar si esto era lo que provocaba el aumento en su apetito. Con desgano canceló la cita que justamente tenía con Idia esa noche, no le agradaba la idea pero sabía que era necesario. Esa noche por mucho que Jade y Floyd estuvieron pendientes de que Azul no estuviera "probando" comida, este buscaba comer lo que encontrara en la cocina, lugar al que tenía libre acceso.

—Azul, no comas eso... —Le ordenaba Floyd con mala cara viéndolo comer algo muy ansioso, al notar que era un plato grande de ensalada le sorprendió un poco— Eh, ¿desde cuando comes tanta ensalada? Lo saludable no te gusta, ¿verdad?. Ya sé, seguramente tienes pollo frito bajo esa ensalada.

—Oye... —Le llamó Azul al ver cómo Floyd le quitó bruscamente su ensalada y la lanzó toda sobre el mesón, solo para darse cuenta que no había nada oculto.

—No había pollo frito, que raro. Si estabas comiendo ensalada, jeje~.

—No hables de pollo frito, no sé porque de solo pensarlo me da algo de asco ahora. —Decía Azul palideciendo al pensar en la que era su comida favorita.

—¡Jade, creo que Azul está muy enfermo! ¡Creo que se va a morir!

—¡Cállate, no digas esas cosas! ¡Y si me muero te llevo conmigo!

—¡No, muérete solo!

Jade a unos pasos los oía discutir de nuevo, frunciendo el ceño notó como habían ensuciado el mesón que acababa de limpiar, acercándose a ellos sonreía de forma siniestra. Después de oír lo que Floyd contaba sobre Azul y el pollo frito, también se sorprendió, pero a la vez se preocupó un poco.

—Debes admitir Azul que eso está muy raro.

—Si, tal vez si me voy a morir... He tenido ganas de comer comida saludable estos días, supongo que trataba de negar lo extraño que me sentía.

La magia del Mpreg en Twisted WonderlandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora