Capítulo 26: Hogwarts

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—Desayunaremos y luego nos vamos —dijo Ron sin quitar la vista de su comida, la cual afortunadamente resultó ser su favorita—. ¿Y mamá y los demás?

—Se encontrarán conmigo en King's Cross —respondió Ginny mientras se alisaba su larga cabellera pelirroja—. Por cierto, debo decir que te ves muy bien hoy hermano.

Ron sólo se limitó a asentir ante el cumplido y continuó concentrándose en su comida. Por otro lado Harry, que estaba ubicado al costado de Ginny, la miraba de reojo y comenzaba a pensar en lo mucho que la extrañaría. Era otro año en el que no la vería, otro año en el que tendría que esperar por tenerla nuevamente. Aún tenía la facilidad de comunicarse con ella por cartas, pero sabía que entre eso y tenerla junto a él, había una inmensa diferencia.

—Será otro año sin ti —murmuró Harry girándose para mirar a Ginny, sin poder evitar dedicarle una entristecida sonrisa.

—Lo sé —susurró Ginny, sintiéndose un poco culpable de ver a Harry así—. Pero es mi último año así que supongo que debo disfrutarlo.

—He oído que el equipo de Quidditch anda muy bien gracias a ti. Te has ganado la capitanía del equipo ¿verdad? —dijo Harry y Ginny asintió con una amplia sonrisa.

—Es verdad. ¡Le ganamos el partido anterior a Slytherin! —comentó con regocijo en su voz, contenta por contar los logros que ha obtenido el equipo de Gryffindor.

—Eso es excelente, apuesto a que todos los jugadores deben ser muy buenos —dijo Harry, sintiendo como el corazón se le aceleraba al verla tan feliz y sonriente.

—Sí pero... ¿Sabes algo? —dijo Ginny fijando su mirada en los ojos de Harry—. El nuevo buscador del equipo no es como tú.

Y luego de decir esto, acortó la poca distancia que había entre los dos y se acercó hacia él acurrucándose en su pecho. Sus brazos rodearon el cuello del chico y poco a poco fue levantando la mirada hasta fijarla en sus labios, dándole a entender a éste que lo que más ansiaba en este momento es que la besara. Harry la miró y llevó lentamente una de sus manos hacia el cabello pelirrojo, comenzando a acariciarlo. Fueron ahora sus brazos los que la rodearon, provocando un acercamiento más fuerte entre ellos. En un lento y calmado movimiento, acercaron paulatinamente sus rostros y sellaron aquel apasionado beso.

—Voy a extrañarte —dijo Harry, sin dejar de abrazarla y mantenerla pegada hacia él.

—También yo —susurró ella, aún teniéndolo cerca—. Como sé que estarás hoy en Hogwarts, tal vez a alguien se le ocurra escaparse un momento para verte.

—Esperaré por eso —sonrió Harry, despidiéndose de ella con un tierno beso en la frente—. Ron, creo que ya es hora de irnos.

El pelirrojo asintió observándolo con una mirada de pocos amigos, Harry no tardó en darse cuenta que el momento romántico que había tenido hace un instante con Ginny aún despertaba algo de celos en él. Ignoró el comportamiento de Ron y procuró no molestarlo más, pues no pretendía hacer que su amigo fuera a Hogwarts de mal humor. Y mucho menos si sabía que hoy se vería la cara con Hermione.

Al pensar acerca de sus dos mejores amigos, Harry se dio cuenta que no podía reprocharlos si es que ellos no quisieran ir, pues sinceramente él tampoco podría asegurar que estaría tranquilo al asistir. No por el mismo problema de ellos, sino porque aún temía que los recuerdos de aquel día volvieran a él. No soportaría volver a sentirse culpable por todas las muertes que ocurrieron en ese mismo lugar.

Llegaron hasta los alrededores de Hogwarts, exactamente a un costado de la cabaña de Hagrid. Sabían que su amigo no estaría ahí, pues ahora mismo probablemente estaría conduciendo a los estudiantes de primer año en unas barcas, tal como lo hacía en todos los inicios de clase. Caminaron hacia la entrada del castillo y al entrar, se llevaron la grata sorpresa de ver que todo lucía muy reluciente, resultaba casi imposible pensar que justo aquí hubo una guerra hace no mucho tiempo.

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