💫Capítulo once. (1ra parte): ¡Llegó el gran día! [FER]

Comenzar desde el principio
                                    

—Me estás dando miedo, bonica.

—Pues prepárate que ahora te voy a dar más miedo —empezó a hacerme cosquillas y a juguetear con mi vestimenta de abuelo prehistórico y fue dejando besos sobre la piel del cuello y de la cara que tenía descubierta

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Pues prepárate que ahora te voy a dar más miedo —empezó a hacerme cosquillas y a juguetear con mi vestimenta de abuelo prehistórico y fue dejando besos sobre la piel del cuello y de la cara que tenía descubierta.

La cogí de la cintura y empecé a reírme por las cosquillas que me estaba haciendo.

—Shhh, para que vamos a despertar a tus abuelos —le dije bajito.

—Que nos escuchen, si ellos estarán felices si les damos un bisnieto —siguió depositando besitos hasta que ahora si, fue ella quien se lanzó y no solo una vez. Sino, varías veces más.

Me dejé llevar y yo también le correspondí dándole besos por su dulce carita.

—Fite tu.

—Estoy muy loca por lo que te voy a decir, pero... tenemos que buscar una solución urgente —me avisó con antelación—. Deberíamos pensar en volver a vivir juntos. Creo que nos beneficiaría y facilitaría las cosas.

Me quedé apalancado.

—¿Lo estás diciendo enserio?

—Miarma, sé que es precipitado y sé que ambos tenemos dos casas preciosas —suspendí la frase—. Pero, ¿no crees que vivir juntos nos unirá más?

—También es cierto que si vivimos separados, nos veremos con más ansías.

—Fernando, si no quieres dímelo y ya —me dio miedo romper el momento tan bonito que se había formado.

—¡Claro que quiero! —solté con sinceridad—, pero lo único que tenemos que hacer es pensar bien donde vamos a vivir porque una de las casas se va a quedar vacía. Y que nos convenga a los dos. En el formulario de pre adopción especifiqué que vivía en mi piso.

—Seguiremos hablando de esto en cuanto podamos, ¿vale? Así nos pondremos de acuerdo.

—Si, yo también necesito saberlo porque acuérdate que los de la protectora tienen que ver dónde vivo —le recordé.

Y, la campana volvió a sonar para anunciar que eran las cinco y media de la mañana.

—Trato hecho y ahora creo que deberíamos vestirnos, despedirnos e irnos para mi casa. Necesito cambiarme de ropa antes de ir al trabajo.

Leire se levantó y yo después también lo hice. Nos pusimos nuestra ropa, hicimos la cama y yo le lavé a los abuelos de Leire los pijamas para después tendérselos. Al cabo de poco tiempo, Fonsi y Alba se despertaron y rápidamente nos hicieron desayunar. Nos despedimos de ellos con un pronto nos veremos y fuimos derechos a su casa para que se cambiara.

***

06:50.

Mi coche acababa de aterrizar delante de la protectora, Leire me miró con dulzura y me cogió de la mano porque sabía que estaba muerto de nervios por la presentación que hoy se iba a producir.

¿Viajamos al pasado?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora