⟨ ✶˚ ·✧· .⟩24;;-Abuso Sexual.

554 47 19
                                    

Los golpes habían vuelto, se podía ver al amante de calaveras con su labio partido, su brazo estaba vendado, en una pelea anterior Spreen había jalado de forma brusca al chico, con la intención de someterlo tirándole al suelo, su brazo había Sido ...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Los golpes habían vuelto, se podía ver al amante de calaveras con su labio partido, su brazo estaba vendado, en una pelea anterior Spreen había jalado de forma brusca al chico, con la intención de someterlo tirándole al suelo, su brazo había Sido lastimado en el proceso, dejando múltiples arañones y con ello un gran dolor en su hombro, había Sido jalado con brusquedad.

Su mejilla de igual forma era de un color amarillento, significando que un moretón estaba siendo sanado poco a poco.

Sus ojos se mostraban cada vez más apagados, parecía que su brillo desvanecía, ¿Y como no? ¿Quien estaría triste si tú todo, el amor de tu vida abusara físicamente de ti?

Las heridas de su cuerpo se curarían, pero su corazón se agrietaba cada vez más, pero Missa debía estar ahí, por qué Missa amaba a su agresor, por qué sentía lastima de el, sabía que si el no estaba nadie estaría con Spreen, Missa tenía un corazón tan bondadoso, que prefería estar con alguien que le hiciera daño a ver morir de soledad a su amado.

Spreen llegó al lugar, Missa le recibió de buena manera, tomo sus manos, Spreen ese día se veía tranquilo.

—¿Encontraste algo interesante en lo que vigilabas?—

—Todo en orden, nadie más a pisado por aquí, descuida, Amor.—Spreen acariciaba su mejilla.

Missa tenía emociones revueltas, ¿Por qué el chico que tanto le agredía le mostraba cariño?

Missa en busca de un poco de afecto y comprensión beso sus labios de forma delicada, Spreen no se contuvo, tomo su cintura, cintura que cada vez iba siendo más delgada por la falta de comida que Missa tenía, no era que tuvieran poca comida, no, simplemente no quería comer.

El beso siguió escalando, alertando al humano, intento separarse, pero el híbrido más astuto beso su cuello, ambos necesitaban contacto, pero de forma distinta.

El Mexicano se empezaba a resignar, sabía que cuando Spreen quería algo lo obtendría, fuese lo que fuese, aún así, una pequeña esperanza estaba presente.

—Para.—

No fue escuchado su súplica, cosa que le desespero, empezó a moverse quejándose de su cuello que sangraba por los colmillos de su pareja.

—Spreen, Para!—

Alzó la voz, grave error, la mirada de Spreen oscureció termino por empujarle contra el sillón, subiéndose encima suyo, devorando con la mirada al de abajo.

—Calla, he hecho mucho por ti, merezco esto y lo sabes.—

Missa negó repetidas veces con la cabeza, hasta que finalmente se resigno al sentir una fuerte bofetada en su mejilla que aún tenía un moretón no sanado.

—¿Que? ¿Ahora dirás que no te gusta?—

Spreen acaricio su entrepierna, mientras besaba cada vez más la clavícula del joven.

—Pero si ya la tenés parada.— Se burló.

—Es... Es una reacción natural...—

—Ya, pero me dirás que no te gusta esto ¿No?—

Spreen bajo su pantalón, acariciando sus muslos, el cuerpo ajeno reaccionaba a los estímulos, su espalda se arqueo cuando Spreen tomaba su falo y lo movía con rapidez.

Los gemidos de Misas eran involuntarios, se sentía incómodo, estaba profsnandolo, hacía tiempo que ya no se sentía seguro con su pareja.

En su mente trataba de distraerse con algún otro pensamiento, de forma irónica todos eran con un Spreen dulce y amable, uno que fue hace tiempo, sus pensamientos salieron interrumpidos cuando sentia dedos ajenos entrando por su cavidad.

Su espalda se arqueo, no se dió cuenta cuando, pero sus manos eran inmovilizadas sin la posibilidad alguna de defenderse.

—Spreen, para, por... Por favor~—

—Eso, Missy, se bueno y decí mi nombre—

Era tan cruel al usar ese apodo y hacer algo tan asqueroso, las embestidas que El oso simulaba eran lo suficiente como para hacer sentir lleno al Mexicano, cosa que le desagradaba, pero su cuerpo ya no podía negarse a la necesidad de alivio, termino manchando la mano de su amado con su esperma.

—Vete a limpiar, te ves un desastre cuando no rogas que te follen.—

—¿Por qué...?—

—Andate a bañar, he dicho.—

Missa tenía tantas ganas de saber por qué Spreen disfrutaba hacerlo sentir tan miserable, hizo lo que pidió, sintiendose sucio, profanado, totalmente desubicado.

Si bien, Spreen había abusado anteriormente, siempre era de forma psicológica y física, en esta ocasión había llevado un paso más, abusando sexualmente de el.

Su confianza estaba destruida, Missa estaba destruido, se sentía vacío, nadie había llegado por el, no le interesaba a nadie y sabía que no tardaba mucho para que Spreen se hartara y lo matará, no le quedaba más, el hombre que una vez amo era más que nada la persona que acabaría su vida.

—Te amo...—

Missa susurro, en busca de un cariño, cariño por parte de la persona que le hacía sentirse como la peor escoria, por qué el inicio todo ¿No? El Mexicano fue quien beso al Oso, era su culpa, por qué Spreen no tenía la culpa, siempre era el culpable el.

—Salvame...—

Incluso si pedía ayuda a la propia razón de su sufrimiento, quería que el chico que tanto amaba besara su frente y le dijera que todo estaba bien.

No lo estaba.

Missa había perdido todo.

Missa fue abusado de todas las formas.

Missa fue abusado de todas las formas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝕍𝕚𝕠𝕝𝕖𝕟𝕥𝕠𝕞𝕖𝕥𝕣𝕠.·•.»|[[𝑴𝒊𝒔𝒔𝒑𝒓𝒆𝒆𝒏]]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora