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Entonces, dos enamorados, viviendo su romance en la distancia, esperando con ansias el día que pudieran unirse en un abrazo y murmuran un "te amo".

Mientras él pensaba en que flores debería comprar, ella intentaba adivinar que pastel debería comprar.

¿Rosas o tulipanes?

¿Chocolate o vainilla?

En su mente rondaba sí a ella le gustaría la ligera capa de barba que comenzaba a notarse, sí le provocaría cosquilleo cuando cuando besara sus labios.

Ella había cortado su cabello y sus mechones rubios ahora sobresalían un poco, esperaba que le gustara tanto como a ella.

¿Converse o tacones?

¿Camisa o playera?

Después de meses se volverían a ver, tendrían una cita y como si de adolescentes tratase, él iría a recogerla a casa, ya saben, para hablar con sus padres, temiendo de su hermano.

Nada del otro mundo, después de todo había una amistad de años, un cariño inigualable y un amor que parecía de película.

Todo era tan cliché y tan perfecto qué hacía que ambos se sintieran en un sueño, tocando las nubes y rozando el paraíso.

Estando enamorado te vuelves un ignorante.

Les emocionaba tanto la idea de volver a tener una cita, en especial a Seb; antes de enamorase su vida era un desastre, iba de cama en cama, buscando sentir lo que alguna vez sintió.

Amor.

Y sí, es que alguna vez había estado enamorado pero ella se marchó dejando un joven rubio lleno de inseguridades.

Pero eso no era lo importante, él estaba dispuesto a sanar cada una de sus heridas para poder estar con ella, lo que sentía al verla sonreír era mucho más emocionante que ganar una carrera.

Simplemente ella era todo para él.

Ella no estaba alejada de un mundo romántico, también tuvo experiencias con alguno que otro chico, pero ninguno la hacía sentir como debería, la mayoría de veces se sentía usada o que no era suficiente, quizá también era que ella estaba obsesionada con tener a alguien como Seb o como su padre, inclusive como su hermano.

Mick siempre se encargó de tratarla como una princesa y sus razones eran simples, inclusive había hecho una lista.

Cosas sencillas que desde pequeño tuvo en claro, su hermanita merecía el mundo entero, por eso hizo hincapié en que ella necesitaba un príncipe, no un sapo

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Cosas sencillas que desde pequeño tuvo en claro, su hermanita merecía el mundo entero, por eso hizo hincapié en que ella necesitaba un príncipe, no un sapo.

Quizá por eso ella no lograba enamorase de ningún chico, al menos no completamente, justo cuando sentía que lo lograría terminaba siendo del montón y es que su padre le daba flores por ser bonita y su hermano la cuidaba a capa y espada, ambos le ofrecían amor incondicional, ellos y apenas le ofrecían quererla como debe ser.

My little girl - Vettel!Where stories live. Discover now