capítulo 1.

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Mae bailaba en el gimnasio del colegio mientras soltaba algunas carcajadas. Su pelo estaba alborotado, y algunas veces le fastidiaba en la cara. Shake it Off de Taylor Swift se escuchaba desde el celular de Norah.

Un agudo pitido se escuchó, y seguido de éste la maestra de gimnansia entró al salón

 — ¡Chicas! ¡No las he visto dar ni un golpe de kárate!  — exclamó.

 — Hace unos minutos estabamos bailando — justificó uno de los chicas del escuadrón.

— ¡Vienen aquí a practicar coreografías de gimnasia, no a bailar al ritmo de una de esas estúpidas canciones de blancos!  — Sí, la maestra era de piel oscura. Y un poco rígida.

Los chicos suspiraron y a regañadientes se formaron en el centro del gimnasio.

 — Y un, dos, tres .. — cantó la capitana, Mae.

Sus caderas se movían en sincronía con las otras chicas, mientras Hayes la miraba desde lejos. Mae estaba concentrada en no cometer ningún error, ajena de todo lo que estaba pasando a su alredeor.

Todos los lunes y miercoles por las tardes, Hayes se dirigía al gimnasio a ver al escuadrón de porristas practicar, más bien a ver a Mae contonear sus caderas.

— Amigo, debes dejar de acosar a aquella chica. ¡Es extraño! — opinó Aaron, compañero de equipo de fútbol y mejor amigo desde que eran unos renacuajos

Hayes suspiró y apartó la vista de la chica — Lo sé, pero es hermosa  — la miró de reojo.

Aaron soltó una pequeña risa burlona  — Entonces ¿Por qué te ocultas de ella? ¿No se supone que es de las feas que debes correr?  — fruncio el ceño y Hayes soltó una pequeña carcajada, la cual se esfumó al ver como Jack Gilinsky se acercaba a Mae.

 — Ugh, los odio  — hizo una mueca de asco y salió del gimnasio.

— Hermano ¿Sabes que son .. — Hayes lo interrumpió.

 — No me interesa saber que mierda son  —Aaron se encogió de hombros, y lo siguió hacía los vestidores del equipo de fútbol.

Afortunadamente, el entrenamiento de fútbol era una hora antes que el de porristas, por lo que inmediatamente Hayes termina corre al gimnasio para ver a Mae.

 — Muero de ganas porque sea el partido, solo para verla en aquella pequeña falda —  fantaseó mientras se mordia el labio inferior.

 — Estás jodido —  le palmeó el hombro y salió de los vestidores.

Hayes se rascó la nuca mientras pensaba que tal vez la atracción que tenía por Mae se le estaba yendo fuera de las manos.

 — ¡He! ¡Hayes! — gritó Gilinsky. Hayes se dio la vuelta con una sonrisa en su rostro, intentaría hablar con la linda castaña.

 — ¿Qué pasa, Gilinsky?  — elevó la barbilla.

 — ¿Sabes si tú hermano está en tú casa? Quedamos de juntarnos hoy, pero el imbécil no contesta mis mensajes de texto  — se quejó mientras revisaba la patalla de su celular.

 — Oh sí, me habló sobre algo parecido. Está en la piscina junto a los otros, ya sabes  — ladeó la cabeza.

 — Genial, pues te veré allá  — se despidió con la mano.

— ¿La chica va también?  — preguntó Hayes.

Mae asintió tímidamente  — Pues entonces lleva tu traje de baño, preciosa  — Hayes guiñó un ojo y se dio la vuelta, con una sonrisa de satisfacción en su rostro. No había hecho algo vergonzodo ni tartamudeó.

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⏰ Última actualización: Jul 02, 2015 ⏰

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