Primer mes: las nauseas matutinas

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Hola hola a todos! Espero se encuentren bien en estos meses de calor y ahora con las primeras lluvias.

Muchas gracias a todos por sus bonitos comentarios en este fic, me alegra saber que les gusta tanto como los otros. Para mí es muy satisfactorio que mis historias les gusten mucho y les saquen muchas risas o al menos los hagan sentir bien. 

Les traigo la conty ansiada de este fic, que viene cargada de muchas muchas risas y situaciones bastante cómicas (algo exageradas) y espero les guste mucho. 

El cap está muy largo! Disfruten mucho!!

Sin más que decir, a leer!!!!!!

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Los días en el Valhalla habían cambiado radicalmente, luego de la llegada del dios primigenio Khaos y después de poner en su lugar a todos los dioses y humanos que se atrevieron a participar en esa monstruosidad llamada Ragnarok. El ente estaba regodeándose desde su propio palacio, al cual se había mudado una vez que ordenó a Zeus que lo construyera, para poder vigilar a sus peculiares creaciones mientras cumplían el castigo que les había impuesto. Ahora entendía a su hermano Chronos cuando le decía que esta situación le sacaría mucho provecho... y muchas risas.

En el panteón nórdico, más concretamente en el palacio del dios del trueno, había algo de alboroto, ya que el dios pelirrojo había ordenado explícitamente un enorme banquete para la llegada de su amigo-rival-interés amoroso y ahora futura madre de su ficticio hijo, y debía celebrarlo a lo grande. No solo por lo anteriormente mencionado, sino que se trataba del humano más fuerte de los Einherjars y un general de gran fama. Su hija Thrud en conjunto con el joven Cheng Gong manejaban todo con mano dura para que saliera perfecto y sin ninguna falla. Mientras que el general volador solo quería ir a pelearse con Thor, ya que quería volver a tener una batalla con el dios pelirrojo, este se preocupaba porque en la recepción hubiera un buen buey asado para complacer a Lubu.

Por otro lado, en la Atlántida, los habitantes de ese reino estaban en espera de la llegada de su rey y del, ahora, padre del heredero ficticio del dios de los mares. Sasaki no sabía cómo lidiar con la mirada de todas las criaturas marinas que le veían con diferentes emociones, aunque unas sirenas le observaban de manera coqueta al igual que unos tritones (notando que Poseidón estaba muy enojado), se podría decir que los más alegres con su presencia eran los delfines, las tortugas y un pequeño caballito de mar...Mismo que al parecer era el consentido de Poseidón, puesto que en cuanto divisó al rey de los mares se fue hacía él y este, ante la mirada atónita de Sasaki, le respondió dejándolo posarse en su pecho con una sincera sonrisa. Después de haber llegado, el rubio se fue derechito a su alcoba acompañado de su séquito de caballitos de mar personal y dejó al japonés con su mayordomo, quien lo miraba algo molesto y asustado (ya que se trataba de la persona que derrotó a su querido amo). El mayordomo lo guio a su nueva alcoba y le iba explicando cuáles eran las reglas del dios de los mares, sintiéndose raro por la sonrisa bonachona del espadachín.

En tierra firme, Hércules llegaba a bordo de su carro personal tirado por el León de Nemea, con Jack y la pequeña Hlökk hasta llegar a los dominios de su palacio. El inglés se veía francamente maravillado por el hermoso paisaje que se veía ante sus ojos: era como una versión mucho más ampliada de su espacio que le fue concedido cuando lo nombraron Einherjar. Hércules lo traía para todos lados diciéndole a toda su servidumbre y amigos que era alguien muy importante para él y debían atenderle como a él mismo. Mientras el pelirrojo llevaba por todos lados a Jack, Hlökk se puso en modo suegra tirana dando órdenes de que todo estuviera bien y que atendieran a su Einherjar como se debe. Los pobres sirvientes temblaron de miedo ante la malvada valkyria.

El Ragnarok de la paternidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora