━ CHAPTER ONE

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VISITA NOCTURNA

Con la vista un poco nublada por las gotas de agua que se habían quedado atrapadas en sus pestañas, Hope luchaba por ver el camino a su casa mientras trataba de recuperar su sentido de orientación, esperando no tener la mala suerte de resbalar en ...

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Con la vista un poco nublada por las gotas de agua que se habían quedado atrapadas en sus pestañas, Hope luchaba por ver el camino a su casa mientras trataba de recuperar su sentido de orientación, esperando no tener la mala suerte de resbalar en la acera, que sus pantalones de mezclilla se arruinaran por el lodo o simplemente cayera en un charco.

Era una bruja, habían demasiadas posibilidades, pero hacer aparecer un paraguas sobre ella no era una de ellas. Hacer magia fuera de Hogwarts estaba completamente prohibido.

La chaqueta de cuero negro que traía puesta guardaba algo de calor, pero aún así, sin llevar una capucha o gorra, el cabello se le había mojado tanto que el agua fría escurría a través de su cuello.

Y aunque se estuviera congelado, Hope no se arrepentía de haber salido a media tarde de viernes, enmedio de una llovizna terrible, sin nada con que cubrirse la cabeza.

Todo valía la pena si era por conseguir un buen regalo para Harry. Él le había dado esa increíble chaqueta semanas antes por su cumpleaños; ella le daría el abrigo, los guantes y el gorro más bonitos que pudo encontrar (y en realidad pagar, con los últimos ahorros muggles que tenía de su último trabajo como poda pasto el año anterior).

Cuando divisó el número 14 de latón pegado a la puerta, Hope corrió hacia él como si de eso dependiera su vida (o más bien la bolsa de papel que abrazaba bajo la ropa), pero cuando entró a la casa inmediatamente se arrepintió de haberlo hecho.

Humo saliendo de la cocina, basura y ruido por todos lados, la palabra caos no alcanzaba para describirlo. Pero lo que hizo a Hope desear no haber entrado, fue el tipo que estaba plantado en el sillón de la sala viendo su televisión.

—¿Hope, cuántas veces te he dicho que te limpies los zapatos antes de entrar? —escuchó decir a la tía Bhet, que iba saliendo de la cocina.

Hope miró hacia abajo y se dio cuenta de que, sus botas color guinda, escurrían tanto lodo en el tapete de bienvenida como ella agua después de un baño.

Ignoró por completo lo que la mujer le dijo, se quitó la chaqueta, exprimió su cabello ahí mismo y se encaminó a las escaleras cargando su bolsa.

—¿Y cuál es el punto de hacerlo? —preguntó con indiferencia—. De todas formas este lugar ya está hecho un basurero.

—Hope... —dijo la tía Bhet, sonando algo triste.

—¿Cielo, trajiste algo para comer como te pedí cuando saliste? —interrumpió el hombre castaño desde el sillón, sin apartar la vista del partido de fútbol que estaban pasando en televisión—. La comida que hizo tu madre hace rato no estuvo muy rica. Era una de esas cenas congeladas que...

—Agh... —Hope inhaló aire acariciando sus sienes—. Cierra la boca de una vez, Richard —respondió de forma mordaz,  yendo a apagar la televisión—. Entiende de una buena vez que yo no soy tu hija para que me llames "cielo". Ella está en la cocina tratando de encender la estufa o algo, así desde que me fui —pisó una de las tantas bolsas de frituras tirada en la alfombra y miró al hombre con desagrado—. Dios, juro que deseé con todas mis fuerzas no verte cuando llegara, pero veo que el universo no es tan poderoso. No me hables.

BLACK GREEN VOL.3 [Harry Potter y el prisionero de Askaban]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora