Capitulo uno:

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Un niño de 12 años aproximadamente se encontraba sentado enfrente de su padre mirando hacia a la ventada, donde lo único que se podría observar era el cielo azul y las nubes. El chico iba en el jet privado de su padre, iban solo padre e hijo, el señor tenía una reunión importante de su empresa en Chicago, adónde ambos se dirigían, el niño se encontraba enojado, él había querido ir acompañar a su hermano mayor y su madre a París, pero al parecer su padre quería que lo acompañará a su trabajo, cosa que se negó a querer ir, pero al final fue obligado por ambos adultos.

—¿Sigues enojado?—pregunto su padre que estaba sentado enfrente de el, en sus manos contenía un periódico que leía sin apartar la mirada.

El mayor vestía con uno de los trajes más modernos y costosos que pudiera existir en todo el mundo, si algo tenian mucho en común sus padres, es que les encantaba comprarse ropa sumamente cara, pero sobre todo elegante.

El niño no respondió la pregunta, seguía mirando la ventana que tenía a su lado izquierdo, ignorando por completo a su padre.

El hombre suspiro cerrando su periódico, dejándolo en una pequeña mesita de vidrio circular que tenía de su lado izquierdo.

—Se que querías ir a París con tu madre y hermano, pero créeme que te gustará más estar en Chicago con tu padre—

Molesto, los ojos azules del niño se dirigieron a observar a su padre, estaba indignado, claramente a él le hubiera gustado mas estar en parís que en chicago, 

—Bueno, aparte iremos a una de mis tantas empresas, que por cierto también heredaras—el menor puso los ojos en blanco ante la mención de la empresa familiar—suspiro el mayor, posiblemente se arrepentiría después de decir lo que diría a su hijo—. Y prometo llevarte a la fábrica más grande de dulces que jamás habrás visto en toda tu vida—estiro los brazos, mostrando una gran sonrisa de emoción, aunque por dentro el mayor sentía un gran odio por esa fábrica de dulces.

Los ojos del niño se iluminaron, a le no le interesaba heredar esa empresa que tanto presumía su padre, pero definitivamente tenía interés en esa fábrica

—. Supongo que no estará tan mal ir a Chicago después de todo—dijo el niño, acomodándose mejor en el asiento del jet, el padre sonrió con una mueca, pues al menos logro que su hijo le gustara por fin a chicago, pero por otro lado era solo por esa fábrica que tanto odiaba. 

El padre volvió a agarrar su periódico, para así  seguir leyendo las noticias del momento, sería un vuelo bastante largo después de todo.

-5 horas después-

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-5 horas después-

El Jet por fin había aterrizado, padre e hijo bajaron del jet agarrados de la mano, siendo recibidos por guardaespaldas que los esperaban y una limusina negra blindada al fondo.

—Señor—Uno de sus guardaespaldas se le había acercado al padre llamándolo.

—Ve a la limusina Daniel, en unos segundos te alcanzo—ordeno su padre

My favorite candy | Willy WonkaWhere stories live. Discover now