4: Puede ser

12 0 0
                                    

Después de veinte minutos llegué con Saro. Me encantaba el olor de su casa, una mezcla de cereza y coco el cual podías confundir fácilmente con fresa, frambuesa o cualquier fruta dulce. Me saludó con un abrazo y yo solo quería llorar. Fuimos hacia su habitación tan psicodélica como ella. Me quedé callada durante 10 minutos, tampoco conté el tiempo ya que este se me olvidaba cada vez que hablaba con Tensi. Saro no dejaba de mirarme y decidió romper el hielo.

-Salma, ¿qué te pasa?

-¿Cómo?

-Que si estás bien cariño-insiste.

- Perfectamente. ¿Por qué?-pregunto evitando hablar.

-Porque siempre que llegas a mi casa, hablas más que mi madre y mi padre juntos, lo cual eso es muy complicado. Has llegado y te has sentado tal lagarto, sin decir nada.

-¿Y?

-¡Qué te ocurre algo Salma! No me tomes por idiota que te hago ahora mismo un dibujo de la jeta que tienes.

-Hazlo.

-Prefiero dibujar algo más iluminativo que tu cara apagada-se ríe

- No estoy apagada, estoy cansada- le digo.

- Vale, estás cansada a las una de la tarde, pareces una abuela.

-Me da igual. ¿Has dibujado algo nuevo?

- Joder, ¡cómo está el ambiente! No, no he dibujado absolutamente nada. La verdad que he estado con Dani bastante liada y nunca mejor dicho.

-Bueno, hacía bastante tiempo que no os veíais. Espero que hayas aprovechado el tiempo porque él no se va a enterar de toda la lata que me has dado.

-Lo único que he dibujado son sus calzoncillos de cochecitos. ¿Quieres verlos?-ríe

-No gracias. Bueno en verdad sí.

-Esa es mi Salma, parece que está empezando a aparecer.

-Calla y enséñame esos calzoncillos horteras. Además, así veo algo de pintura que yo tampoco he hecho mucho.

-Mira mi gran obra de arte. Ningún pintor ha hecho esto en la vida- dice enseñándomelos.

-Creo que antes los pintores no tenían calzoncillos de cochecitos.

-A ver, preferían usar taparrabos que son más fáciles de dibujar. Ellos también usaban sus estrategias eh.

-¿Para ligar o para triunfar?

-Ambas- ríe otra vez.

- Está muy chulo Saro, espero no volver a ver esos calzoncillos.

-Tú lo que tienes es envidia de que mi novio sea hortero.

-Puede ser. Es verdad, me has pillado.

(Llega su madre y hablamos durante 2 horas. No hay mucho que contar porque tampoco tengo ganas, así que solo respondo, hasta que decido irme)

-Salma- me coge el brazo.

-Dime.

-Hoy he echado de  menos a la Salma de verdad. Espero que para la próxima estés en modo tú.

-A veces no podemos estar al cien. Te sigo queriendo aunque esté modo sosa.

-Yo te quiero más.

(Nos abrazamos)

-Hasta dentro de nada.

-Adiós Saro.

-Vale pero no te despidas de mí como si nunca más nos vamos a volver a ver.

-¡Mira qué eres tonta! Anda, anda- la abrazo.

(Cuando me bajo del autobús, voy dirección a mi casa, pero me detiene su voz)

-Hola Salma.

-Ah, hola Tensi.

-¿Estás bien?

-Sí, es que tengo hambre-le digo.

-Igual la verdad. Me comería hasta un zapato.

-¿Qué haces aquí?

-Nada, he salido a pasear.

-¿A las tres de la tarde?-pregunto seco.

-¿Hay hora para pasear en este pueblo? A ver, soy nueva pero si hay hora ,dímela, sin problema.

-Tensi, nos acabamos de ver y qué casualidad, estás casi en la puerta de mi casa. 

-Me has pillado, te estoy siguiendo . Soy muy mala espía-bromea.

-Vete, por favor.

-Me encanta que hace dos horas estábamos hablando tan tranquilas y ahora me echas. Además, te habías disculpado por hablarme mal y otra vez lo haces.

-Para empezar, no te conozco de nada. Después, te veo cada dos por tres en mi parada, hablando conmigo como si nos conociéramos de toda la vida. Para acabar, vienes aquí contándome sermones, ¿para qué? La verdad que es para preocuparse- digo agitada.

-No son sermones, imbécil.

-¿Perdona? Me acabas de llamar imbécil.

(Increíble)

-Sí, lo he hecho y no me arrepiento. Bueno un poco sí.

¿Qué quieres Tensi? - le grito

-¡Qué me escuches, joder!

-Ya lo hago. Y me canso, me agoto. Aunque sea por simples quince minutos. Te conozco de dos días de mierda.

-Es lo que quiero. Salma, parecerá una locura esto. Somos víctimas y tú solo tienes 18. Es verdad, parezco tu madre con sermones sin sentido, pero quiero que vivas.

-Muchas gracias por tu preocupación, tengo aire en los pulmones y estoy sana. Estoy viviendo-vacilo.

-No estás viviendo porque no eres ni consciente de ello. Pasas tus días imaginando una vida mejor. Sueñas en irte de este pueblucho, quieres triunfar en la pintura y no saber nada de problemas familiares. Vives sin vivir y ahí está el verdadero agotamiento.

-Tensi, de verdad, déjame. Es que no sé que me quieres decir y tienes razón en una cosa, tengo 18 putos años, no sé que quiero hacer con mi vida.

-No es lo que quieres hacer con tu vida. Es vivir simplemente y dentro de vivir está el no saber qué hacer con tu vida.

-Tensi, por favor. Por última vez, vete. Mañana hablamos si quieres que me está esperando mi madre.

-No voy a estar siempre aquí. No te puedo asegurar un mañana.

-Como quieras.

(Saco las llaves y me dirijo hacia la puerta)

-Salma, te puedo esperar y ayudar. Sígueme por favor. ¿Lo harás?

-Puede ser. 

Abrí la puerta y lloré. No entendía nada y lloré tanto que hacía tiempo que no lo hacía. Estaba agotada pero porque hablar con ella, te producía eso. Quería saber el significado de esas palabras. Pasaron dos semanas y yo, seguía sin verla.





















Ahora vuelvoWhere stories live. Discover now