🌼 00. Miradas

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El aroma a hospital realmente le cabreaba, al igual que ver a las familias de las personas que se acaban de internar, gritar por el dolor sin parar o ahogarse en llanto, aunque igualmente estaba la otra cara de la moneda, dónde abandonaban aquellas personas que ya eran un estorbo para sus vidas y simplemente los dejaban ahí, pudriéndose en su propio dolor.

Pero no era algo de lo que ya estuviera consciente al convertirse en médico y dejar los ideales que tenían sus padres con que se hiciera parte del sistema judicial, aunque lo llenaron de críticas por su decisión, a Katsuki no le importo mucho y siguió lo que quería hacer, un médico capaz de entregar esperanzas a las personas antes de partir o ahogarse en sus problemas mentales, aunque fuese un trabajo arriesgado, ya que había cualquier tipo de paciente, para el rubio ceniza no importaba, estaba dispuesto a enfrentar el riesgo.

- Doctor ¿Cree que mi hija venga a verme? - Ahi se encontraba, nuevamente en aquella habitación de cuatro paredes, con aquella anciana que le habia tomado cierto cariño.

Mordio levemente su labio inferior, desviando por completo su mirada a la ventana. Rosa y anaranjado, esos eran los colores con que el cielo despide un día más del año, dándole su lugar nuevamente a la fría noche de invierno. Con cuidado tomo aquellas manos envejecidas por los años, mientras trataba de transmitirle su calidez.

Está era la última noche de su paciente, su familia había dado el permiso para aplicarle la eutanasia, aunque su paciente no estaba enterada, su mirada reflejaba como aquél atardecer sería el último que veria en su vida.

- El mundo es tan lindo y cruel al mismo tiempo ¿No cree, doctor?- Murmuro en voz baja, sintiendo como aquél doctor de apenas 27 años, acariciaba su mano.

Sonrio, definitivamente su hija no vendría haberla el día de hoy.

- No entiendo cómo fue su vida antes de caer en esto, pero de seguro fue una muy buena madre.- Soltó Katsuki de repente, causando un extraño ambiente entre ellos dos.

- No lo fui, obligue a mi hija a estudiar algo que no queria mientras veia como mi propio esposo me maltrataba.- Respondió, mirando directamente los ojos del médico.- Es normal que ella me tenga rencor y por mi culpa, no haya podido sacarse de encima aquellos traumas que le dejamos en su infancia.

Katsuki se mantuvo en silencio, sintiendo algo de empatia por aquella anciana, a pesar que su historial familiar fuese parecida, él jamás sufrió violencia intrafamiliar, por lo tanto, no pudo llegar a comprender la razón del porqué la hija de aquella paciente actuaba de una forma bastante inmadura para su juicio.

- Sigues siendo su madre, tú eras la víctima de aquel maltrato, ella debería de comprenderte o al menos verte.- Contestó, sorprendiendo a la paciente por su respuesta.

La mujer se limito a observarlo, para luego suspirar, Katsuki trataba de animarla y eso aumentaba el aprecio que tenía hacia él.

- Creo que debería de ir a ver a sus pacientes, no quiero que la señora Todoroki se ponga celosa por llevarme toda su atención.

El más alto se limito a sonreír ante aquella broma, a pesar que sea el último día para la señora, esta mantenía el mismo sentido de humor que mantuvo todo el tiempo dentro la clínica. Se levantó de aquel asiento, dispuesto a salir de aquella sala mientras ignoraba aquella opresión de su pecho que siempre aparecía para molestarlo, cada vez que uno de sus pacientes ya deberia de partir. En el camino hacia su próximo destino, se encontró de lleno con aquella mata verde y no pudo evitar chasquear su lengua.

- Kacchan ¿Vuelves luego de despedirte? Sabes que no puedes encariñarte con los pacientes.

Midoriya Izuku era su mejor amigo de la infancia y continuaba haciéndolo, ambos estudiaron la misma carrera, mientras que Izuku es un anestesista, Katsuki es un médico de rehabilitación.

- Siempre tan chismoso, Deku.

Las mejillas del más bajo se pusieron rojas debido al apodó, para luego soltar leves carcajadas, extrañaba hablar con el contrario, pero por culpa del exceso de trabajo, ya no podían ponerse al día, asi que en estos instantes, Midoriya aprovecharía para hacerle un interrogatorio masivo sobre su vida privada. Al parecer Katsuki leyó sus intenciones, porqué rápidamente comenzó alejarse, dejándolo con las palabras atascadas en su boca.

- ¡Nos vemos Kacchan, no olvides ir a verme a casa!

Midoriya se despedia de una forma frenética, para luego continuar con su trabajo, mientras que Katsuki se sentia aliviado por salvarse de una.

Con cuidado, entro a aquella habitación, ya eran altas horas de la noche y el hijo de la señora Todoroki se encontraba aún en la habitación de la paciente

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Con cuidado, entro a aquella habitación, ya eran altas horas de la noche y el hijo de la señora Todoroki se encontraba aún en la habitación de la paciente.

Katsuki ya lo conocía bastante bien, aunque jamás hablaron de forma directa, solo estaba consciente de su existencia por las cosas que aquella mujer de cabello blanco le contaba sobre su maravilloso hijo.

Aunque existía un problema, aquella mujer recordaba a su hijo y veia a su hijo, como aquel niño de siete años que tiene atascado en su memoria.

Llevo su mirada rojiza hacia el cuerpo delgado del bicolor, que estaba plácidamente dormido sobre la cama de su madre, mientras que la mayor se encontraba despierta, observandolo con sopresa.

- Ya es muy tarde doctor ¿Que hace por estos lugares aún? Debería de estar con su familia.

Aquella mujer rompió aquel silencio, dándole paso para que el contrario se acercara.

- Este muchacho tampoco se quiere ir, me dijo que venia de parte de mi hijo.- Continuó hablando.- Pero aún así, deseo tanto volver a ver a mi pequeño niño.

Katsuki se mantuvo en silencio, se inclino hasta el muchacho y comenzó a sacudir su hombro, logrando despertarlo. Aunque obviamente recibio una mirada juzgadora por parte del más joven, pero está se suavizó al ver a su madre. Con rapidez acomodo su atuendo, levantándose del suelo y caminar hacia la puerta sin despedirse de su madre, pero Katsuki ya estaba acostumbrado a aquella actitud tan extraña de aquel joven y al parecer su madre igual.

- ¡Mándale saludos de mi parte a mi hijo, joven! - Exclamó la mayor al contrario, el cual solo alzó su pulgar como signo de aprobación.

Katsuki ignoro aquella incomoda escena para seguir al muchacho de cabello y de color de ojos tan extraños.

- Tu madre está presentando mejoras.- Soltó, mientras cerraba la puerta detrás de su espalda.

El más alto volteo a verlo de reojo, sorprendiendose un poco que aquel médico le estuviera hablando, por lo general, este siempre le daba las noticias a su padre.

- Eso es bueno..- Murmuro, para luego continuar con su camino, ignorando por completo el como el rostro del doctor se había enrojecido por escuchar su voz.

Esa fue la primera vez que Katsuki Bakugou había escuchado la voz de Todoroki Shoto.

𝐌𝐞𝐥𝐚𝐧𝐜𝐨𝐥𝐢𝐚 𝐫𝐚𝐬𝐠𝐚𝐝𝐚 | Todobaku ©Where stories live. Discover now