Como un huracán (Vashwood Fanfic)

Capítulo 3 - Al fin juntos

—¡Maldición! ¡Acaso me estás subestimando idiota! — grito wolfwood inconforme, se supone que su trabajo era proteger a Vash, pero el rubio no dejaba de usar su cuerpo como escudo.

—¡No es eso lo juro! —hablo vash tratando de calmarlo, sin embargo el dolor en su estómago por el disparo de una bala lo hizo caer en sus brazos. Wolfwood lo miro perplejo — ¡Se que eres fuerte, capaz de luchar, es solo que mi cuerpo es más resistente que el de los humanos!

Al parecer lo que dijo alarmó aún más a wolfwood porque abrió sus ojos muy grande.

—¡Eso no es razón para lastimarte! — grito ayudándolo a sentarse. El quería seguir reclamando, explicarle a vash que el también era importante y que poseer un cuerpo resistente no era razón para hacer esas cosas.

Pero al ver la mirada terca de vash, sabía que sus palabras serían ignoradas. Vash tenía una determinación muy fuerte, cuando algo se le metía a la cabeza era difícil hacerlo cambiar de parecer, el haría lo que fuera para proteger a la gente y sobre todo a wolfwood, aunque él no se lo pidiera.

Wolfwood suspiro, ya era muy tarde, podía ver como el cuerpo de vash comenzaba a curarse, sin embargo si no lo ayudaba, la bala podría salir por otro lado, quería evitar que el rubio no sufriera más daño y dolor en su cuerpo.

Vash se dejó cuidar, no están acostumbrado a eso, los toques que le daba cuando curaba su herida comenzaron a hacerlo sentir extraño, oír su voz o tenerlo cerca lo hacía bajar la guardia, con el pasar de los días comenzó a fantasear con tomarlo de la mano, abrazarlo, besar todo su cuerpo y más, pero sabía que eso nunca pasaría.  Guardo sus sentimientos en su corazón muy profundo y se convenció de que estaba feliz de solo ser compañeros, amigos que se cuidaban las espaldas y confiaban el uno al otro, sin embargo llegó esa noche.

El recordaba esa noche ebrios completamente, aquella chica le sonrió el le siguió el juego pero no la dejo avanzar más, fingio dormir para alejarla, para el esos besos eran más que suficiente. Si necesitaba satisfacerse lo haría solo, pero no contó con que wolfwood lo siguiera a la habitación, que lo acorralara, que se le confesará. Su corazón latía a mil en su pecho. Ese rose de labios fue suficiente para encenderlo. Nunca antes había experimentado algo igual, quería más. Pero no paso nada después de eso. Wolfwood huyó de la habitación dejando a Vash solo, suspiro buscando calmar el cúmulo de emociones que aún seguían corriendo por su cuerpo, se preguntaba ¿Que debía hacer? Su vida era muy complicada y enfrentar a su hermano era lo más importante, no podía permitirse ese tipo de cosas, no con toda la culpa que aún sentía y que debía arreglar.

A la mañana siguiente se lo encontró destruido en la barra del bar, wolfwood lo miro, parecía no recordar nada y Vash se relajó, no menciono nada para no hacer incómodo la situación, quería seguir su viaje, quería que todo volviera a ser como antes. Sin embargo no pudieron fingir por mucho tiempo que no existía aquella atracción, vash cada vez más se sonrojaba, wolfwood cada vez más se acercaba, en su momento más duro ese abrazo lo paralizó, prácticamente se derritió en su hombro llorando, deseaba olvidar todo, uir junto aquel hombre, permitirse vivir feliz y amar sin arrepentimiento, pero al final, eso que estaba creciendo entre los dos, esa cosa, atracción, amor, deseo, anelo, no sabían que nombre ponerle, no pudo surgir más, todo se complicó.

Paso lo que mas temia al dejar abrir su corazón, ese humano lo tomo, lo consumió por completo y luego sin aviso lo dejo.

Que vida tan trágica, sufrir 100 años de soledad en el desierto, evitando que la gente entrará en su vida más allá de lo que él les permitía entrar, para al final terminar enamorándose de la persona con la vida más corta. Solo fue un año de compañía con aquella alma gemela, un segundo de darse cuenta de que lo amaba y que quería pasar todas sus mañana con el, para que minutos después sentir como esa vida se iba desvaneciendo poco a poco entre sus manos.