xiii. ━━━━ nuevas amistades

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you told me sweet lies while
she was in your bed,
but my sister was right,
now you're back on your knees
begging me to forgive you














































Cuatro días después, Nicholas seguía sin aparecer por su casa. Después de lo que había ocurrido en las carreras no quería ni aparecer por allí. No estaba seguro de cómo iba a reaccionar cuando volviera a encontrarse frente a frente con Merilia; una parte de él quería estrangularla y hacerla pagar por lo que su estúpido jueguecito le había costado: su coche, su Ferrari negro de más de cien mil dólares, y la ruptura definitiva de la tregua que tenía su banda con la banda de Ronnie. El muy hijo de puta les había disparado por la espalda, Nick aún recordaba como su corazón casi se le había salido del pecho al escuchar el disparo y el grito de Merilia en el asiento de detrás.

   Recuerda haber temido mirar hacia atrás por miedo a ver lo que se encontraría, recuerda haber pasado el mayor miedo de su vida, y todo por una insensatez de una tía incapaz de de hacer caso ni una puta vez a lo que se le decía.

   Al verla correr se había sentido completamente impotente. Aún ni siquiera era capaz de explicarse de donde había sacado la habilidad para poder conducir de aquella forma pero, joder, cómo le había ganado a aquel imbécil. Una parte de Nick admiró su forma de coger aquella segunda curva, ni siquiera él habría tenido los cojones de arriesgarse como ella lo había hecho, lo que también le aclaraba la falta de instinto de supervivencia que tenía, pero lo había hecho genial, había sido impresionante.

   Y por otra parte no podía quitarse de la cabeza el beso que le había dado y las ganas que lo carcomían por dentro por volver a hacerlo. No podía olvidarse de aquel rostro demasiado atractivo, aquellos labios llenos y dulcemente sabrosos, aquel cuerpo que lo volvía loco...

   Mierda.

   No podía volver a su casa, no sabía cómo iba a actuar, ya que una parte suya, la más pervertida y la que claramente no pensaba con la cabeza, quería tirarse a esa chica de cabellos negros y ojos color miel sobre todas las cosas, hacerle de todo y hacerla pagar por haberle hecho perder su tesoro más preciado; y la otra, simplemente quería hacerla temer el simple hecho de estar cerca de él, conseguir que ni se atreviese a respirar demasiado fuerte a su lado... Pero claro, la primera opción tiraba más que la segunda, y se maldecía por ello.

   Llevaba cuatro días de fiesta en fiesta, acostándose a las tantas y levantándose con una chica diferente cada noche. Después de lo que había ocurrido en las carreras, la relación entre Ronnie y Nick había terminado para siempre y la verdad es que le preocupaba la reacción que pudiera tener si volvían a verse, cosa que sería más pronto que tarde teniendo en cuenta que ambos se movían por los mismos círculos.

   Era increíble como Merilia había jodido absolutamente todo y en tan poco tiempo, y encima, Nick tenía la obligación de verla todas las malditas mañanas.

   Con ese pensamiento llegó a su casa, con el cristal trasero del coche ya arreglado y con un humor de perros que estaba a punto de empeorar. Aparcó en su plaza de aparcamiento, se colocó sus gafas de sol, ya que la resaca lo estaba matando y se encaminó hacia la entrada, deseando desaparecer en su habitación durante todo el día; claro que eso iba a ser imposible.

𝗥𝗘𝗣𝗨𝗧𝗔𝗧𝗜𝗢𝗡  ❪ culpables ❫Where stories live. Discover now