Aengel of the cristal (INCOMPLETA)

Episodio 10 - El hombre de la máscara

Leiftan: Estaba preocupado cuando me comentaron que Chrome y Daiana llegarían por el túnel de las cuevas y qué Chrome estaba algo débil.

Que Daiana trataba de traerlo a salvo.

Quise ir a auxiliarla pero... Ezarel fue más rápido que yo y la salvó primero.

Me hubiera gustado ser yo quién la salvara... Así podría tener una oportunidad para acercarme a ella...

Cuando sacaron a los chicos de la enfermería, me quede en la posición en la que estaba. Cerca de la entrada de la enfermería. Ezarel se quedó conmigo.

Nos sentamos en la escalera cercana a la puerta a esperar.

Leiftan: ¿Crees que esté bien?

Ezarel: No lo sé... Cuando llegué a ella, estaba a punto de quedar inconsciente. Intente animarla pero no lo conseguí.

Leiftan: Me han dicho que uso mucha energía por traer a Chrome sano y salvo... Cuando se recuperé habrá que darle ánimos...

Ezarel: ¡No tienes que repetírmelo!

Leiftan. ¿Qué quieres decir? (Ha sacado un bigote falso de su bolsillo.) No creo que le guste esa broma.

Ezarel: Yo creo todo lo contrario. Le va a encantar, estoy seguro.

Leiftan: Está recuperándose de casi ahogarse. Hay que animarla de otra forma.

Ezarel: Se que hay diferentes formas, pero he elegido esta. ¡JA JA JA!

Leiftan: Yo creo que ella no se va a reír con esto.

Ezarel: ¡Creo que ella tiene mejor humor que tú! Se reirá.

Leiftan: Miiko ha abierto la puerta y nos ha pedido que llevemos a Daiana su cuarto.

Miiko me dio una llave de su habitación, y Ezarel la ha cargado. Me habría gustado estar en su lugar.

Le pregunte el por qué la cargaba y dijo que prefería cargarla que abrir la puerta de su habitación. ¿No que la odiaba?

Cuando llegamos a su cuarto y Ezarel la dejo en su cama, quería inclinarme para despertarla como si fuera una princesa con un beso. Pero como no estaba solo, preferí no hacer nada.

Al cabo de un rato, me llamarón para que tuviera una reunión con Miiko con la Sala del Cristal.

Me hubiera gustado quedarme para verla despertar.

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Ezarel: Me senté en su cama para vigilarla. Daiana dormía profundamente, supongo que era por el agotamiento del viaje.

De vez en cuando comenzaba a temblar, pero instantes después se relajaba.

La volví a levantar un poco para arroparla con las mantas de su cama.

Tras pasar una hora, decidí dejarla dormir un poco. Volveré más tarde para saber si despertó o no.

Observé unos instantes hacia su dirección y salí de su habitación.

Después de una hora y media de espera, decidí regresar y parece que fue justo a tiempo.

Escuchaba como se quejaba detrás de la puerta.

Cuando llegue a su lado, seguía con los ojos abiertos pero parece que esta por despertar.

(Perfecto, esta es mi oportunidad.)