Dazai observa el techo de aquella habitación similar a una enfermería o consultorio médico.
Le duele la cabeza, no es raro tomando en cuenta que intentó matarse.
—Despertaste— Le dice una voz masculina y de adulto, Dazai gira su cabeza y ve a un hombre de cabello negro a la altura de los hombros, sus ojos son morados y viste una bata blanca.
—¿Quién eres? —Pregunta Dazai viendo al hombre aacercarse, siente sus músculos pesados, seguramente por su intento de suicidio.
El hombre se sienta a su lado en la cama.
—Me llamo Mori Ogai, soy doctor—
—¿Por qué me salvo?—
Mori mira al niño con pena y tristeza.
—Eres muy joven para morir— Respondió Mori.
Dazai desvía la mirada.
—Pero yo quiero hacerlo—
Mori acerca la mano con lentitud antes de pellizcar la nariz de Dazai.
—¿Puedo saber tus razones?—
Dazai le mira extrañado.
—La vida, mi vida, no tiene un sentido, nada me alegra o apasiona, no veo razones para seguir vivo, pero sí razones para ya no estarlo—
—Ya veo— Le responde Mori —Bueno, probablemente tenga unos 15 o 20 años más que tú, entonces creo que tengo más experiencia para hablar de la vida ¿Te gustaría escuchar lo que tengo que decir?—
—¿Tengo opción?—
Mori ríe en voz baja
—Claro que la tienes, la vida está llena de opciones— Responde —Por ejemplo; podrías volver a dormir para no escucharme o podrías lanzarme la almohada a la cara, incluso podrías hacer como esos niños que se tapan los oídos y hablan más fuerte para no escuchar —
—Quiero sentarme— Dice Dazai.
Mori asiente y con cuidado ayuda a Dazai a sentarse en la cama.
Dazai observa a su alrededor y luego regresa su mirada a Mori.
—Dame una razón que me haga creer que vale la pena seguir en este mundo—
Mori solo sonríe.
—Tengo boletos para Disneyland Tokyo ¿Qué tal si vamos a buscar una razón ahí?—
Dazai nunca había ido a Disney, supone que puede ir, tal vez sea divertido, a Dazai le gustan las princesas.
Puede morir otro día.
—Sí, me gustaría ir—Dazai sabe que no debería confiar en extraños, pero realmente nada le importa en este momento de su vida.
—Bien, pero primero iremos a comprarte algunas de cosas, no puedes usar la misma ropa de siempre— Mori le da un par de palmadas en la cabeza— ¡Elise!—
Dazai ve a una mujer rubia entrar a la habitación.
—¿Qué pasa?—pregunta ella.
—Iremos de compras más tarde—
Dazai ve a los dos adultos hablar, se siente confundido.
No entiende por qué Mori está siendo, mínimamente en apariencia, amable con él.
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Mori observa a la niña delante suyo.
—¿Estás segura?— Cuestiona.
—Sí— Responde ella. Aquella niña tenía el cabello color cereza y los ojos rojos, vestía una yukata rosa pálido y llevaba una espada a su costado.
—Entonces, señorita Ozaki, gracias por ser mi testigo—
Ella lo mira, sus ojos son sombrios y su mirar pesado.
—Mientras ese bastardo muera, cualquier cosa—
Esa misma noche se dio el anuncio, el jefe de la Port Mafia trágicamente sucumbió a la enfermedad y falleció, dejándole a su doctor, Mori Ogai, el puesto de jefe.
El único testigo, la usuaria del demonio dorado y asesina de la mafia de 18 años de edad, Ozaki Kouyou la cual estaba informando sobre su última misión cuando las complicaciones de salud asesinaron al antiguo jefe.
La mafia tuvo un luto de dos días y luego Mori Ogai comenzó con las reformas a la Port Mafia.
Una semana más tarde, Mori llevó a Dazai a Disneyland, Dazai se tomó fotografías con todas las princesas que encontró y se subió a gran cantidad de juegos y atracciones, era la primera vez en un buen tiempo que Dazai se divertía como el niño que era.
Dazai ahora tenía una bonita y grande habitación, colgó todas las fotos en la pared, los peluches los acomodo en la gran cama tamaño king que tenía y acomodó otros juguetes y libros en las repisas.
—¿Encontraste una razón para vivir?—Le preguntó Mori en cena de esa noche.
Dazai juega con su comida.
—Tal vez— Responde.
—Bueno, es un avance—
—Mori-san—
—¿Sí?—
Dazai juega más con su comida.
—¿Por qué esta siendo amable conmigo?—
—No tengo razones para no serlo —
—Usted es raro—
—Todos los usuarios lo somos, debiste haber conocido a mi ex esposo—
