𝖫𝖺 𝖾𝖽𝖺𝖽 𝖽𝖾𝗅 𝗉𝖺𝗏𝗈 | 𝖲𝖼𝖺𝗅𝗈𝗇𝖾𝗍𝖺

tres - impar

Cristián miró confundido la televisión frente a su rostro, la curiosidad lo mataba por dentro.
¿Acaso tres personas podían darse un beso? Parecía que sí, en el programa se mostraba aquello.
Una escena sexual, un beso entre tres hombres. Era raro, pero no de mala manera, quería probar la suerte del impar.

Por que mejor que dos, son tres ¿No? Una vaga idea cruzó por su mente, le preguntaría a sus mejores amigos.
Después de todo a su parecer ellos tendrían más experiencia, ellos ya tenían diecisiete años mientras que él apenas tenía catorce.
Con emoción y la intriga comiendo sus órganos corrió hasta la habitación que ambos alfas compartían.

Entró sin tocar como se volvió costumbre después de un tiempo, pero no esperaba encontrar aquello.
Lisandro y Nahuel se estaban besando, Martínez estaba sobre el regazo del otro alfa. Y a vista del menor parecía estar saltando sobre el otro.
No sabía sí hablar o dejarlos y volver en otro momento.
Pero la curiosidad mato al gato.

— Chicos —como si se tratara de agua y aceite ambos se separaron rápidamente.

— ¿Qué paso, Cris? —la respiración agitada de Nahuel no paso desapercibida por el menor, quien ya había visto todo.

— ¿Son novios? —preguntó— ¿Porqué no me lo dijeron?

Martínez lo miró— No somos novios. —dijo primeramente— Somos amigos, pero estamos probando... Como se siente besar a un chico —explicó lo mejor que le salió al de mechas rubias.

— Mm entiendo. —respondió y frenó por un breve momento para luego volver a retomar el habla— Yo también quiero probar algo —un sonrojo notorio se instaló en sus mejillas pensando en la posibilidad de besar a ambos alfas, que estaban bien dotados a su parecer.—, quiero un beso de tres.

Lisandro y Molina lo miraron con sorpresa, la propuesta los pilló desprevenidos. Romero era tan inocente que no se esperaban ese pedido de su parte, o al menos no a está edad.
Pero no se iban a negar, Martínez ya tenía bastante claro lo que sentía por el morocho, solo se lo había comentado a Nahuel. Pero luego el tema se enterró y murio allí en la habitación.

Nahuel quería experimentar, era muy celoso con el omega. Anteriormente hasta le puso reglas de vestimenta, que fueron respetadas casi al instante por Romero.
No le parecía nada mal, intentar algo en trío y menos con ellos dos.

Los alfas se miraron, intercambiando palabras con los ojos. Ambos estaban de acuerdo, aceptaron la propuesta de Cristián. Quien se acerco para quedar entre medio de los dos chicos.

— Bueno... —los nervios comenzaron a crecer dentro de él provocando un leve malestar en su estómago— ¿Qué... Cómo? ¿Cómo nos besamos? —pregunto demostrando una vez más su inocencia.

Lisandro fue el primero en tomar la iniciativa tomando la cintura de Cristián, era un roce de labios. Se unió Molina, ese beso seguía siendo un roce.

Subió de nivel cuando Romero termino encima de Nahuel besándolo, Lisandro mientras lo tocaba, corto el beso con Molina y ladeó su cabeza hacía atrás juntando sus labios con los de Martínez.
Nahuel comenzó a dejar un rastro de besos invisibles por el cuello de Cristián, dejando uno que otro chupón. Luego rezará para que no se noten mucho.

Las manos de Lisandro se marcaban en los muslos de Cristián, tenía una bermuda la cuál les daba acceso a toda su piel morena.
Los tres estaban excitados, los tres querían más de aquello que solo estaban experimentando.

El morocho dejo salir un suspiro pesado, no sabía porque se sentía así. O tal vez si, solo que no quería admitirlo.
Ahora en la situación de preguntaba ¿Cómo los voy a mirar a los ojos después?

No lo sabía, pero por el momento ignoraría eso para disfrutar.

Los besos húmedos se repartían por la piel y la boca, una que otra mordida. Gemidos ahogados para no ser descubiertos y dos pijas paradas. Una adelante y una atras.

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Recordar el momento lo ponía loco, no podía creer que se insinuó así a sus mejores amigos, se sentía un completo desubicado. Cada que los veía a la cara, se sonrojaba y se iba corriendo del lugar. No cogieron. Pero para él si fue demasiado.

Era la primera vez que lo tocaban y besaban así.

Y le encantó.

Eso le molestaba, tenía frente a él a Nahuel y a Lisandro, quienes lo miraba con una sonrisa en la cara.

— Podemos intentarlo, Cuti. —habló Lisandro— Dame una chance.

— No. —cortó el menor— Todos los alfas son unos tontos, y no quiero que ustedes me usen y se vayan con otro.

— Todos los alfas no son así, morochito hermoso. —respondió Nahuel con una sonrisa coqueta.

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YAYAYA
se pica y no cebolla wachooooo, me encanta este capítulo
todos tienen algo en común, pero todavía no vamos a atar cables
es como la saga de rápidos y furiosos

BESOSSS 💗😘