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Robert

Mudarse nunca era fácil sobretodo después de haber pasado más de 10 años en Alemania, pero era parte de seguir adelante. Desde que llegué al Barcelona me sentí muy bien con el equipo y mi familia con la ciudad.

Las niñas amaban las playas y lo bonito que era Barcelona, Anna también, pero ella no había encontrado aún un gym al que ir. El ejercicio era parte fundamental en ella.

Hasta que al fin lo encontró, también me dijo que ya había hecho un nuevo amigo, no me sorprendía ya que Anna era muy sociable y le caía bien a todos de inmediato.

Realmente no le presté atención a su nuevo amigo que había hecho, tenía cosas más importantes en que pensar.

No fue hasta que me contó de su idea de hacer videos de rutinas de ejercicio con su amigo que se llama Pedro o era Pablo? No recordaba ni siquiera el nombre. También me dijo que iba a ir hoy a la casa en la tarde para empezar a hacer los videos.

El timbre sonó, el había llegado.

__ Robert! Puedes ir a abrirle la puerta? Por favor estoy ocupada acá fuera. __ me quejé, estaba cómodo acostado pero igual me levanté a abrirle.

__ Hola, buenas tardes, busco a Anna. __ sonaba nervioso.

Ese chico no era nada parecido a lo que me imaginé, era precioso, tenía unos ojos marrones encantadores, parecían magnéticos porque no dejaba de mirarlos. Sus labios, su cuerpo...era la definición de hermoso.

Pero qué diablos estoy pensando?

__ Hola, puedes pasar, Anna esta en el patio. __ él asintió y se dirigió al patio yo lo seguía detrás.

Mientras caminaba detrás de él no podía dejar de mirarlo, tenía un cuerpo espectacular, hasta su forma de caminar me parecía fantástica. Y la ropa deportiva que cargaba no ayudaba mucho, era una ropa muy pegada al cuerpo.

__ Pablo, por fin llegas, pensé que no vendrías. __ Anna lo abrazó.

__ Lo siento, no tenía como venir y tuve que llamar a un taxi.

__ Lo importante es que estás aquí, ya hay que comenzar para no terminar tarde.  Por cierto, él es mi esposo, Robert.

__ Un gusto conocerlo. __ me dio la mano en forma de saludo.

__ El gusto es mío, Pablo.

Estuvieron casi media hora grabando, se notaba que Pablo también realizaba ejercicio a diario, su cuerpo musculoso era evidencia de ello.

Parecía un acosador porque en todo ese tiempo no deje de mirarlo, nunca en mi vida había visto a un chico tan hermoso.

El de vez en cuando también me miraba, se sentía tan bien tener su mirada en mi.

Después de que terminaran, Anna invitó a Pablo a que se quedara a cenar con nosotros.

__ Entonces, Pablo, te gusta mucho ejercitarte? __ Anna se había ido a bañar y nos quedamos solos los dos.

__ Si me encanta, desde que me mudé a Barcelona comencé con todo esto de los deportes.

__ A mi también me gusta ejercitarme, ojalá algún día lo podamos hacer juntos.

Nada que Perder  -Lewavi-Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu