El rubio inquirió y trato de llegar a una conclusión después de la  "detallada descripción" de la pequeña.

–Camelias...¿verdad?– 

–¡Si! son bonitas ¿verdad?– preguntó emocionada 

–Lo son, son muy bonitas–

Había averiguado de que flor se trataba, pero la pregunta era como las conocía ya que en el jardín no había ninguna de ellas sin embargo estas parecían causarle mucha emoción. La pelinegra por alguna razón ya no pudo parar de hablar y preguntar después de aquello, Kei incluso no supo exactamente que había sucedido pero ella le brindaba una total tranquilidad, además que el hablar con ella resultaba muy cómodo y fácil, incluso si solo tenía 5 años. 

Finalmente había surgido un mayor acercamiento entre ambos, y esto lo pudo ver el pecoso quien observó todo desde la distancia con una sonrisa de oreja a oreja.

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10 meses después.

Los trámites habían tomado un tiempo bastante prolongado, pero después de 10 largos y tormentosos meses habían logrado acabar con todo obstáculo, teniendo oficialmente a Kyomi como su hija. Un mes había trascurrido después de tener a la pequeña pelinegra con ellos, todo marchaba bien y con tranquilidad, Kyomi tenía ya su propio cuarto adornado y decorado como ella había deseado, pero en tiempos de tormenta está pedía dormir con ellos por el miedo que le provocaban los truenos, lo cual no le era negado aunque Kei terminara en la orilla de la cama casi por caer al suelo o Yamaguchi con dos pequeños piecitos sobre su pecho sin comprender como era que amanecía así.

La adopción paso a ser otro de los temas a tratar ya que ante la sociedad los murmullos y comentarios no se hicieron esperar cada vez que la menor les llamaba por lo que eran "papás" era algo que no pasaría desapercibido y al final del día ellos eran sus papás. Desde su llegada hablaron con ella para evitar malos entendidos o que sufriera alguna clase de confusión, dejándole en claro que no tenía nada de malo ni el porque avergonzarse por tener a dos papás y que podía expresarse como ella deseara, pero Kyomi era una niña lista y comprensiva, ella entendía mucho mejor que cualquier persona mayor con posible cerebro.

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2 años después

–Kyomi ya es hora–

–Ya voyyyy– respondió sonoramente desde su cuarto

–Kei lleva esta bolsa al auto, te alcanzaremos–

–¿Por qué tarda tanto?–

–Ya ya, quéjate cuando alguien venga por ella para invitarla a salir, ahí no querrás ni que salga– dejó un par de palmadas sobre su espalda, guiándole a la salida.

–¡Ya estoy lista papá!–

La pequeña de cabellos ondulados llegó corriendo hacia sus padres, esta portaba un lindo vestido color amarillo al igual que su moño. La razón de su tardanza había sido porque olvido su bolsa de dinosaurio, regalo que Kei le había dado en uno de sus cumpleaños.

–¡Mira que bonita se ve nuestra Kyomi ¡Foto! Necesito tomarle una foto–

–Tadashi vamos a llegar tarde–

–Claro que no, solo son unos segundos, además me vas a pedir esa foto después–

Poco después de aquella pequeña sesión de fotos e instancias por parte del más alto, finalmente habían salido de casa, dirigiéndose hacia el hogar que en algún momento fue de Kei. La menor ya conocía dicha casa, a lo que se adelantó para buscar a su abuela y así mostrarle su vestido y su bolso.

–Que linda cielo ¡esta muy bonito tu vestido!–

–Me lo regalo mi papá Tadashi– Sonrió– Abuela ¿Dónde esta Aki?–

–¡Aquí estoy! ¿La dulce Kyomi vino a ver a su guapo tío?–

–Tío Aki!–

El castaño tomó a la menor, balanceándola de arriba hacia bajo mientras está misma reía.

–Akiteru no tan fuerte, puedes lastimarla–

–Tranquilo hermanito, no le pasara nada, te la entregaré en una sola pieza ¿verdad?–

–Sí papá, no me pasa nada–

–¿Viste? Kyomi confirma–

–Vamos papá protector, mejor vamos a dejar las cosas ¿si?–

Mencionó el peliverde, llevando casi arrastras a su esposo a la cocina junto a su suegra. Aquella tarde resulto ser agradable para todos como las visitas anteriores, entre ellas resaltaron las platicas extensas sobre su semana, el como estaban las cosas con la menor, la cena y postre preparado por Yamaguchi, etc. Por lo que después de la amena convivencia en el hogar Tsukishima los tres regresaban a casa, esta vez con una Kyomi profundamente dormida en el asiento trasero del auto.

–Gracias a Akiteru ella no sacara de su cabeza la idea de tener un perro–

Yamaguchi rio divertido –Tranquilo Tsukki, no es tan mala idea–su mano se dirigió a la mejilla del rubio para dejar una caricia rápida para no distraerle  –pero bueno la decisión es tuya–

–¿Mía? ¿Quieres decir que no vas a opinar?–

–Nop–

–Por eso no opinas...porque sabes que no podre decirle que no–

–Yo no dije nada–

Él rubio dejó su mirada al frente y mantuvo un silencio bastante intrigante ante la última respuesta de su esposo. Al final sólo suspiro resignado mientras Yamaguchi daba por entendido cuál sería la decisión de su esposo, llevándole a sonreír disimuladamente.
Al llegar a casa Tsukishima cargó y llevó hasta la habitación a la pequeña durmiente quien no despertó con ningún movimiento, ni siquiera cuando Yamaguchi cambió sus ropitas por su pijama de fresas (otro de los regalos de Tsukishima) estaba completamente rendida.

Por esa noche la pareja de enamorados habían planeado otro asunto ante la oportunidad que se les había presentado, Kyomi dormía y parecía que no despertaría por lo que se apresuraron a llegar a su respectiva habitación para invadir y desordenar su cama o al menos esa había sido su intención, sin embargo esos planes se vieron totalmente interrumpidos cuando ambos cayeron en un profundo sueño en cuanto sintieron la comodidad de sus sábanas. Habían caído entre los brazos de Morfeo y durante toda esa noche no hubo nada más que ronquidos agotadores.
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♡♡Nota♡♡

Dejo aquí una imagen de como se veía Kyomi y de como es ella☆

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Dejo aquí una imagen de como se veía Kyomi y de como es ella☆

Felicidad de tres - ♡Tsukiyama♡Where stories live. Discover now