ꞋꞌꞋ Chaipunk / One-shots ꞋꞌꞋ

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Como era de esperar, era bastante normal que Hobie apareciera sin previo aviso, aunque generalmente hacía notar su presencia. Normalmente, Pavitr estaría más que emocionado de pasar tiempo de calidad con uno de sus aliados más cercanos, pero ni siquiera las travesuras características de Hobie podrían eliminar la fatiga que aún lo agobia. "Hay mejor comida en el armario de la izquierda." Señaló antes de girarse y regresar a la cama donde colapsó rápidamente una vez más. Sin molestarse en buscar la supuesta mejor comida, Hobie lo siguió de cerca y se instaló junto a la cama, con la espalda apoyada contra el costado mientras se desplomaba en el suelo y continuaba masticando su tazón de ingredientes misteriosos.

"Levanta más escombros y tendrás más músculos que cerebro al final de la semana".

Pavitr inclinó la cara para mirar la parte posterior de la cabeza de Hobie y dejó escapar un suspiro, tomando las palabras de su amigo como una invitación para lamentar vocalmente las fatigas del día. "Ni siquiera me hagas empezar", gimió. "No creerías cuántos autos tuve que pescar en los lugares más extraños... ¿Cómo es posible que un auto termine en lo alto de una torre de radio? Y, uf, en un momento pienso Tengo un poco de aceite en la boca porque este auto..." Pavitr aparentemente continuó sin detenerse a tomar aire mientras hablaba, agitando las manos para enfatizar su angustia por el trabajo del día. Mientras tanto, Hobie se sentó en silencio salvo por el crujido y masticación de su comida, y de vez en cuando asentía levemente para mostrar que todavía estaba escuchando.

"Y es por eso que nunca viviré en el piso 35 o más alto de ningún edificio". Pavitr llegó a su fin después de quince minutos sólidos de vómito de palabras ininterrumpido. Sus brazos cayeron a los costados mientras se giraba para mirar hacia el techo. Hobie, después de haber terminado su cena, se levantó del suelo y se acomodó en la cama junto a Pavitr. Afortunadamente, los dos no tenían un concepto de espacio personal entre ellos, ya que se acostaron juntos en una cama claramente destinada a una sola persona. "Bueno, no todo está mal. Tienes que salvar a esa 'novia' tuya". No hizo ningún esfuerzo por ocultar su sarcasmo mientras enfatizaba sus palabras con comillas en el aire.

Pavitr resopló a la defensiva. "Quiero que sepas que intercambiamos miradas significativas con regularidad . Como el otro día en la biblioteca. Ella dijo tanto sin yo decir nada en absoluto, y la golpeé con mi elegante sonrisa de playboy y se lo comió por completo". Una sonrisa tonta se extendió por su rostro mientras recordaba lo que claramente interpretó como una victoria romántica.

Hobie puso los ojos en blanco y exhaló audiblemente por la nariz. "Cierto", intervino. "Está bien y elegante que estés fingiendo tener a esta chica en el corazón, pero ¿cuánto tiempo más vas a pretender que solo somos amigos?"

A Pavitr se le subió el corazón a la garganta y un sudor frío le cubrió las palmas de las manos y la frente. Tragó saliva con nerviosismo antes de dar su respuesta calculada, comenzando con una risa totalmente casual. "¡Ajajaja! ¿De qué estás hablando, hombre?" Aterrizó un puñetazo juguetón en el hombro de Hobie. "¡Nunca ha pasado nada entre tú y yo, mi bro!"

Hobie enarcó una ceja. "¿Has estado aprendiendo jerga de Gwen?"

"¡Sí, lo he hecho! ¿Y mirarías la hora?" Pavitr se estiró mientras dejaba escapar un bostezo exagerado. "¿Supongo que haremos una fiesta de pijamas esta noche? Eso es genial. ¡Buenas noches, hermano!" Y con eso, rápidamente se tapó el torso con las cobijas y rodó para alejarse de Hobie, cerrando los ojos con fuerza pero decidiendo contener los ronquidos falsos.

Pasaron unos minutos de silencio mientras Pavitr yacía acurrucado en un sueño falso. Todo el cansancio que atenazaba sus músculos minutos antes había sido reemplazado por una oleada de nerviosismo. Su corazón latía con fuerza contra sus costillas y un billón de pensamientos diferentes obstruían su cerebro al igual que el tráfico de afuera. La relación de Pavitr y Hobie con el mundo era bastante simple: dos tipos a los que les encanta impartir justicia juntos mientras se lanzan algunos golpes y bromas en el proceso y tal vez van a comer algo después. Por supuesto, ser ambos Spider-man significaba que nada era tan simple.